Golpe al corazón narco: cayó el “Chapo” Guzmán
Lo atraparon en un hotel alojamiento después de un tiroteo en el que murieron cinco de sus guardaespaldas. Había huido en julio por un túnel de una cárcel de máxima seguridad.
Lo anunció el presidente mexicano. Fue atrapado luego de un tiroteo en el que murieron cinco de sus guardias. El líder del temible cartel de Sinaloa había escapado hacía seis meses de un penal de máxima seguridad.
El líder del cartel de Sinaloa, Joaquín “Chapo” Guzmán, quien hace seis meses había protagonizado una espectacular fuga de un penal de máxima seguridad en México, fue recapturado ayer en una oportuna operación militar realizada por efectivos de la Armada mexicana, donde murieron cinco guardaespaldas del jefe narco.
El encargado de dar la noticia fue el propio presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien buscó así neutralizar el descrédito en que había caído su gobierno con la sospechosa huida del capo narco. “Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”, escribió en su cuenta de Twitter. Más tarde el mandatario dio una conferencia de prensa en donde elogió a las fuerzas de seguridad, señalando que son un “orgullo” para México.
En estos meses numerosas versiones situaban al “Chapo” en los lugares más diversos: desde Argentina hasta Guatemala. Pero siempre estuvo fuertemente ligado a su Sinaloa natal, donde finalmente cayó. Fue detenido en un hotel alojamiento ubicado en las afueras de la localidad de Los Mochis. Allí se había refugiado tras escapar de un operativo de la Marina utilizando el sistema de alcantarillas.
Todo comenzó a la madrugada, cuando las fuerzas militares hacían un operativo en el pueblo. Vecinos les informaron que en una casa de la zona había hombres armados. Al llegar al lugar, los efectivos fueron enfrentados a balazos por un grupo de sicarios que protegían a Guzmán. Allí murieron cinco delincuentes y resultó herido un militar. Pero el “Chapo” y otro narcotraficantes regional, Orso Iván Gastélum Cruz, aprovecharon el intenso tiroteo y huyeron por la red de desagüe.
Una vez afuera, Guzmán y Cruz se apoderaron de un vehículo y se refugiaron en el hotel de citas, donde horas después la Marina capturó el líder de Sinaloa. Cruz logró eludirlos. Tras el operativo los militares encontraron cuatro vehículos que había utilizado el grupo, dos de ellos blindados, y un poderoso arsenal con armas largas y cortas, entre ellas un lanzacohetes con dos cargas.
El “Chapo”, de 58 años, había escapado el 11 de julio pasado de la prisión de máxima seguridad de El Altiplano. Para lograrlo utilizó un túnel de 1.500 metros de largo que atravesó en una camioneta adaptada para rieles, y que conducía a una vivienda en construcción en Almoloya. Desde allí se dirigió por tierra a Querétaro (centro) para luego abordar una avioneta que lo condujo a una zona serrana entre su natal Sinaloa. Uno de los pilotos era su cuñado y fue detenido junto con otras seis personas en octubre pasado.
Su fuga provocó un escándalo político por las facilidades con que contó para eludir la vigilancia. Peña Nieto, que intenta hacer de la lucha contra la violencia narco el eje de su gestión, lanzó a todas las fuerzas de seguridad en su búsqueda. En estos últimos meses hubo numerosos operativos para tratar de ubicarlo, pero hasta ahora el jefe narco se les había escabullido gracias a los aceitados contactos policiales, los beneficios que le otorgaba su riqueza y el conocimiento de la región.
El gobierno de Estados Unidos, que también estaba tras sus pasos, expresó su “satisfacción” por la recaptura del narcotraficante mexicano. La secretaria de Justicia estadounidense, Loretta Lynch, dijo que representa “un golpe al cartel internacional de narcotraficantes”, y “una victoria para los ciudadanos de México y los Estados Unidos”. La agencia antidrogas estadounidense, DEA, también afirmó sentirse “sumamente satisfecha” por la captura de Guzmán.
El “Chapo” era actualmente el narcotraficante más buscado del mundo. En la primera década de este siglo, y ya prófugo, se convirtió en el capo de las drogas más pode-
roso del planeta. El cartel de Sinaloa, al cual lideraba, manejaba las principales rutas de comercialización de cocaína, metanfetamina y marihuana a lo largo de la frontera con Estados Unidos. Incluía, además, ciudades estratégicas como Tijuana y Ciudad Juárez. También enviaba sus cargas hacia algunas ciudades de Europa y Asia.
El “Chapo” y sus sicarios fueron figuras centrales del baño de sangre que hubo en la última década en el centro y norte de México, donde competían por el dominio de los territorios. Los tentáculos de su cartel, una verdadera multinacional de las drogas, se extendieron desde Argentina hasta Australia gracias a un sofisticado sistema de distribución internacional de cocaína y metanfetaminas, y su participación en al menos una veintena de delitos diferentes. Ese desarrollo del crimen organizado superó en ciertos niveles el que había tenido anteriormente Colombia donde se había estructurado las mayores mafias del tráfico de drogas en la región.