El Central usará la inflación porteña para indexar bonos
Aplicará el IPC CABA hasta que el INDEC relance su índice. Lo aplicará para ajustar títulos en pesos.
Con el INDEC virtualmente congelado por la emergencia estadística, y con el Indice de Precios al Consumidor ausente hasta nuevo aviso, hay una montaña de bonos emitidos en pesos y con cláusula de ajuste de capital que están en el limbo. Ocurre que no hay un número oficial que se pueda usar para actualizar el capital de esos bonos. En consecuencia, tampoco se puede pagar un monto preciso de los intereses que devengan esos bonos, los que se calculan en base al capital actualizado.
Los bonos CER nacieron con el canje de deuda de 2005. Se emitieron papeles en pesos, Par y Discount, cuyo capital se ajusta a la par de la inflación oficial. Durante 9 años -desde que se alteraron las estadísticas del INDEC- esos papeles viene sufriendo una actualización de capital menor a la que correspondía. Pero ahora se sumó el problema de que directamente no hay IPC nacional. Para salvar este problema, el BCRA decidió usar, de manera provisoria, el IPC que elabora la ciudad de Buenos Aires. No es un dato menor. Entre diciembre de 2014 y noviembre de 2015, el IPC CABA aumentó un 22%, mientras que el CER (reflejo de la inflación medida por el IN- DEC K) solo 13%.
Lógicamente, no habrá reconocimiento hacia atrás. Pero hacia adelante los bonos se ajustarán por la inflación porteña, más cercana a la realidad. Los bonos que se indexarán por el IPC CABA son los mencionados Par, Cuasipar y Discount emitidos por el gobierno nacional; los Bogar 18 y 20, un bono de Río Negro y el bono de consolidación PR 13. La emisión total de estos bonos trepa a los 65.724 millones de pesos, pero el 90% del volumen lo concentran el bono Cuasipar (en manos de la ANSeS), el Bogar 18 y el Discout.
La mirada del Central sobre la manera de indexar deudas excede a los ajustes de estos bonos. El BCRA quiere tener alguna unidad de indexación para, lo antes posible, lanzar uno de los proyectos preferidos de Federico Sturzenegger, titular del organismo monetario: los créditos hipotecarios a largo plazo, cuyo capital se indexe a la par de la inflación. La condición ineludible para el éxito de estos créditos es que las expectativas de inflación se consoliden a la baja.
Hasta que eso no ocurra, no habrá magia y los créditos para la compra de vivienda seguramente no arrancarán en el volumen que desean las autoridades. El Gobierno quiere imitar el modelo chileno y se entusiasma con que se lancen créditos a una tasa real, sobre la inflación, de solo el 1%.