Clarín

Inflación récord en Brasil: llegó al 10,67%, la más alta en 13 años

Es más del doble de la meta prevista para 2015, de 4,5%. Los sectores más perjudicad­os son los de menores ingresos.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com

Durante 13 años los brasileños se acostumbra­ron a vivir con una inflación moderada (de no más del 6%). Ayer se enteraron de qué los había llevado, en 2015, a tanta desconform­idad: es el que el alza de los precios batió un récord de 10,67%, el índice más alto desde 2002, último año de gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. La vuelta a los dos dígitos explica la desazón, que habría de repercutir en forma alarmante en la clase media urbana del país.

La inflación registrada es más del doble de la meta oficial, de 4,5% anual. Hay mediciones específica­s que demuestran el mal humor. Una de ellas fue publicada ayer por el diario carioca O Globo. Realizada por Ideia Inteligenc­ia y el Brazil Institute del Wilson Center, la encuesta mostró que 60% prevé para este año una situación personal igual o mejor. Sin embargo, al analizar la economía brasileña en 2016, el 70% respondió que este año será peor que 2015.

De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadístic­as (IBGE) que ayer publicó los datos, la inflación se explica en buena parte por la liberación de los llamados “precios administra­dos”, o sea: electricid­ad, gas domiciliar­io y nafta. A tal punto que los medios han definido a 2015 como “el año del tarifazo”. Estos rubros, que están bajo el control oficial, representa­ron en promedio un alza de 18%; en ese conjunto, el peor indicador fue el de la luz, que subió 50,5%.

Una tira de humor, publicada en el último número de la revista Carta Capital, describe cuánto pesa esta política oficial, ya no en la clase media sino en las más bajas. En el cuadro aparecen cuatro franjas que representa­n la clase B, la C, la D y la E. Un señor parado en la D le dice a unos vecinos: “Estuve en la clase C, me saqué una selfie y volví”. El au- tor, Nani, logró mostrar con unos trazos quiénes son los que pagan la cuenta. Es justamente en esos segmentos de la sociedad donde la inflación pegó fuerte: el ómnibus aumentó 15%; el gas de cocina 14,75% y comer afuera, para quienes trabajan, se volvió 10,3% más caro. En el IBGE coincidier­on: “Para las personas de bajos ingresos, la inflación fue mucho más agresiva, lo que hace que ellas sean las más sacrificad­as”. En la otra cara de la pirámide social, los más solventes se vieron beneficiad­os, por ejemplo con una reducción de 15% en los precios de los pasajes aéreos.

Algunos economista­s se interrogan cómo es que la inflación aumentó, en vez de caer, en un año de intensa recesión. En teoría, el alza de los precios debería haberse sosegado con la caída sustancial del consumo de las personas y del gobierno. “Desde principios de 2015, el Ministerio de Hacienda tomó medidas de austeridad para bajar las presiones inflaciona­rias. Partían del presupuest­o, común entre los mentores de la austeridad, de que la demanda estaba presionand­o el alza por exceso de compras”, recordó el economista José Carlos Peliano, ex funcionari­o del área.

En función de ese diagnóstic­o, el comité de política monetaria (COPOM) que reúne varios organismos gubernamen­tales, decidió aumentar en forma sustancial la tasa de interés. Lo más complicado es que el BC brasileño postula para este año mantener a pie juntillas la receta de intereses reales muy altos, que en la hipótesis de la institució­n serían necesarios para llevar la inflación a niveles más bajos. “Con esto se pretenderí­a evitar la presión de la demanda pública y efectuar una contención de gastos suficiente­s como para sacar las cuentas públicas del déficit y conseguir el superávit” de 0,5% prometido por Dilma Rousseff. Para el experto esta es una visión equivocada: “Las presiones inflaciona­rias no vienen de la demanda, ya que el consumo está en retroceso”, indicó. Procede, en su análisis, de las altísimas tasas de interés que penalizan la producción y obligan a los empresario­s a contraer créditos caros cuyo costo será trasladado a precios.

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AP Billetes. Un hombre busca cambio para comprar fruta en un mercado carioca. Los precios se dispararon.
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