Senado: el FpV debatirá proyecto por proyecto con el oficialismo
Tras el guiño a los pliegos para la Corte, en el kirchnerismo anticipan que no se la harán fácil a Macri.
El miércoles pasado el senador Adolfo Rodríguez Saá atendió una llamada de Presidencia. Lo invitaban a participar a las 17 de ese día de la reunión que la vicepresidenta Gabriela Michetti y el jefe de Gabinete Marcos Peña mantendrían con los jefes de los diferentes bloques del Senado. El puntano se excusó con un argumento en verdad sólido: eran las 16 y él estaba en San Luis, con lo que sólo teletransportándose podría estar una hora después en la Casa Rosada.
La versión oficial es que del Senado habían enviado a la Jefatura de Gabinete un listado con los nombres de los senadores que debían ser invitados, pero que por un error alguien se olvidó de llamar a Rodríguez Saá.
Pero lo que revela el episodio es que hoy por hoy en el Gobierno están tan concentrados en sus negociaciones con el FpV que hasta se dan el lujo de descuidar la relación con el puntano, quien preside el interbloque del Peronismo Federal. El jefe del FpV, Miguel Ángel Pichetto, por caso, había sido invitado con una anticipación de días al encuentro.
El FpV es el bloque determinante del Senado: entre propios y aliados suma 43 miembros sobre 72 y es el que permite, por ejemplo, que haya quórum para sesionar. El interbloque del Peronismo Federal tiene 7 miembros.
La semana pasada, en la primera sesión de las extraordinarias convocadas por Mauricio Macri, la bancada comandada por Pichetto dio un guiño al oficialismo y permitió el ingreso de los pliegos de los dos candidatos propuestos por Mauricio Macri para integrar la Corte Suprema de Justicia y votó de manera unánime el egreso de otros pliegos enviados por Cristina Kirchner en el último tramo de su mandato.
Un sector mayoritario del FpV, referenciado sobre todos en gobernadores de provincias, aceptó dar inicio al tratamiento de los pliegos de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, e incluso posteriormente aprobarlos, a cambio de que el Gobierno destrabe fondos para las provincias y a que más adelante se amplie la Corte de 5 a 7 miembros.
Pero en ese sector del FpV aclararon a Clarín que ese guiño no fue más que eso, un guiño para mostrar predisposición para las negociaciones que se vienen. “Ahora se podrán aprobar los pliegos, pero que (el ministro del Interior Rogelio) Frigerio no se crea que con un café y una promesa de que nos va a mandar fondos nos arregla”,
dijo un importante senador del
bloque.
Una de las iniciativas legislativas que el Gobierno deberá enviar al Congreso es la de derogación de las leyes “Cerrojo” y de “Pago Soberano”, lo que habilitaría a pagar a los fondos buitre. “La derogación de esas leyes es una negociación distinta a la que estamos teniendo ahora por la Corte y no será tan fá
cil”, aclaró un senador del FpV con llegada directa al gobernador de su provincia.
Según las fuentes consultadas, esa otra negociación estará atada a que la Nación deje de descontarles a las provincias el 15% de la coparticipación para financiar a la ANSeS, algo que ya consiguieron por vía judicial Santa Fe, Córdoba y San Luis.
Es cierto, sin embargo, que para la aprobación de los pliegos de la Corte se necesita el apoyo de dos tercios de los senadores pero la derogación de esas dos leyes se consigue con mayoría simple, con lo que el oficialismo podría buscar construir mayorías diferentes para cada votación. Eso sí: siempre necesitará contar con el apoyo de un sector importante del FpV, sea para votar a favor, dar quórum o retirar del recinto a parte de sus integrantes para que el oficialismo pueda imponerse en las votaciones.
El sector más duro del FpV en el Senado, integrado por las cuatro senadoras de La Cámpora y unos 6 más muy identificados con el kirchnerismo, dice no haber sido sumado a estas primeras negociaciones con el oficialismo y que no tienen motivos para votar a favor de la derogación de las leyes. Eso sí: dos senadores de este sector adelantaron que “en principio” votarían a favor del peronista Rosatti para integrar la Corte y en contra de Rosenkrantz. En ambos despachos fue calcado: “Litigó mucho contra el Estado”.