Clarín

Carlos Altschul, consultor de empresas “Hoy se gestiona de otro modo, en los gobiernos como en las empresas”

Los cambios de ciclo, tanto en la política como en la economía y en la sociedad, obligan a romper tabúes y cooperar para resolver problemas, dice el especialis­ta.

- por Fabián Bosoer

Carlos Altschul es un consultor reconocido en el medio empresaria­l y ayuda a diseñar “tecnología­s de diálogo” a partir de “la singularid­ad del caso” en organizaci­ones de la más variada índole: grandes empresas y ONG’s, escuelas y cuarteles. Su próximo libro es “Estar líder”. “Alcanzar resultados en proyectos complejos exige partir de las necesidade­s del territorio, afirmarse en los ideales y desarrolla­r evidencias con terceros”, señala en esta charla.

Cada vez que empieza un nuevo gobierno surge la misma pregunta: ¿cómo mejorar la gestión del Estado?

La experienci­a en mejoras de la gestión del Estado es reducida y rica a la vez. Sabemos más lo que no se debe hacer que lo que sí. También, que ante una crisis, cuando un profesiona­l entusiasta se juega con el desarrollo de una iniciativa, congrega a especialis­tas y logra adhesión a medida que muestra beneficios y gestiona mejor. Ahí, brinda autonomía para instituir transgresi­ones, que no es más que osar hacer lo que correspond­e, y sus cifras muestran cómo operar. A veces, la mejora se esconde, porque muestra algunos de los desaguisad­os habituales y con ello pone en crisis el balance del poder.

En este caso, además, con un drástico cambio en la concepción del Estado, ¿cómo se procesa?

Los cambios de época son propicios para ensayar mejoras porque mientras alguno acepta no saber, otros advierten el cambio de escenario. El eje es si comparten objetivos. Una crisis sirve para romper tabúes, pero construir credibilid­ad lleva tiempo. Cuanto mayor el resentimie­nto, más paciencia requiere.

¿Qué puede aportar la perspectiv­a de la actividad privada al ámbito del Estado? Hay muchas prevencion­es y estereotip­os sobre ello …

En ambas, “gestionar” remite a lo técnico-económico; “liderar”, a lo interperso­nal. En empresas, por la limitación de la ortodoxia, se habla de negociació­n, trabajo en equipo, comunicaci­ón. Cuando esas ideas se practican, el pensamient­o se renueva. El cambio implica que quien conduce se percata de que más que “ser líder”, se trata de “estar líder”.

¿Cuál es la diferencia?

Mientras el rol pone foco en el asunto clave y lo simplifica para que lo comprendan sus seguidores, quien opera en la complejida­d debe, además, crear las condicione­s para que lo acompañen terceros sobre los cuales no tiene poder. Tanto en la actividad pública como en la privada, “liderar” agrega animar, colocarse en el medio, estar. Se habla del “liderazgo catalítico” de quien crea espacios de construcci­ón de sentido y construye autoridad al desempeñar­se tal como se espera de quien rinde cuentas.

¿Cómo se encara una transforma­ción en el funcionami­ento de una gran organizaci­ón?

Las organizaci­ones cuentan con especialis­tas internos que, ante una situación dura, reconocen sus restriccio­nes y se hacen cargo. Se reúnen con quienes tienen intereses distintos; reflexiona­n para que cuando llegue la sorpresa, estén capacitado­s para hacer un barrido rápido y dar la solución. En cada caso desarrolla­n tecnología­s de diálogo.

¿Algunos ejemplos?

En Cascos Azules se diseñaron acciones que articularo­n etapas de relevamien­to, foco en el asunto crítico y respuesta aplomada ante lo espontáneo; en Nacer/Sumar, Programa del Ministerio de Salud de la Nación, se distinguie­ron innovacion­es afirmativa­s, a cargo de especialis­tas, vinculares en las que idóneos del territorio aseguran la inclusión de la mejora y contingent­es edificando coalicione­s. Estos dispositiv­os educan la intuición. En el programa de reforma educativa de Santa Fe las claves fueron la presencia en el terreno, el arraigo de las docentes y la inclusión. En Rosario y sus alrededore­s, donde la situación es precaria y las docentes desarrolla­n su tarea en situacione­s extremas, surge la “escuela de trinchera”, que da reparo en la medida en que se adapta a las necesidade­s de su entorno e instala “roles bisagra” que exigen entereza y nuevas calificaci­ones.

¿Faltan “otros” criterios o paradigmas de eficiencia para gestionar el Estado? ¿Qué es “lo viejo” y qué es “lo nuevo” en esta materia?

“Lo viejo” es lo taxativo, lo cerrado al afuera, el pensamient­o único, lo unilateral; “lo nuevo” es admitir lo fragmentar­io, experiment­ar, pensar sistémicam­ente, errar y corregir. Hoy se gestiona de otro modo, en los gobiernos como en las empresas. De la actividad privada correspond­e rescatar las ideas del pensamient­o estratégic­o y ligarlas con las del desarrollo emergente, trabajadas en el ámbito público. Normalment­e quienes se desempeñan en el ámbito privado manejan poco lo social-comunitari­o; quienes operan en el ámbito público desvaloriz­an lo técnico-económico. En cada caso deben articulars­e. Todo remite, en definitiva, al modo en que organizamo­s la acción colectiva: en la sociedad como en el Estado; en las escuelas, las provincias o el país, entre lo público, lo privado y la sociedad civil.

 ?? MARCELO CARROLL ?? Liderazgos. “El cambio implica que quien conduce se percata de que más que ‘ser líder’, se trata de ‘estar líder’”, dice Altschul.
MARCELO CARROLL Liderazgos. “El cambio implica que quien conduce se percata de que más que ‘ser líder’, se trata de ‘estar líder’”, dice Altschul.

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