Asesinaron a otro policía en el Conurbano: le robaron la moto
Es el sexto oficial caído en la Provincia en lo que va del año. Lo asaltaron en la Panamericana y le pegaron un tiro en la cara.
“¿Cómo se hace para seguir sin la mitad de uno? No lo puedo entender, no sé qué hacer sin vos al lado mío. Te voy a extrañar cada día de mi vida”. El texto, desgarrador, fue publicado ayer en las redes sociales por la esposa de un suboficial de la Policía Federal que fue asesinado de un tiro en el rostro durante un robo en plena autopista Panamericana, en Tortuguitas, cuando estaba regresando a su casa.
El crimen sucedió en la noche del viernes, alrededor de las 22.30, en el kilómetro 40,5 de la autopista, ramal Pilar, mano a Provincia. Fue el sexto caso de un integrante de un fuerza de seguridad asesinado en lo que va del año en el Conurbano.
La víctima fue identificada como el cabo primero Diego Hernán Gamarra (37), quien cumplía tareas en una delegación de la Federal en San Isidro. Según fuentes del caso, al momento del asalto iba vestido de civil, estaba en su moto y se había detenido en la Panamericana por algún motivo aún no aclarado, quizás un desperfecto mecánico.
Una versión indicaba ayer que el policía estaba parado sobre la banquina y de repente se le aparecieron al menos dos asaltantes en otra moto. Pero fuentes del caso dijeron a Clarín que la víctima habría sido forzada a frenar y que habrían actuado más de dos ladrones.
“No se sabe todavía cómo comenzó todo, pero de la secuencia habría participado un auto que interceptó a la víctima y no otra moto. No sabemos aún si él se detuvo de forma voluntaria o si lo encerraron. Pero, en todo caso, no hay huellas de fre- nadas bruscas y él tampoco tenía signos de haberse caído de la moto. Fue lo que suele llamarse una ‘parada limpia’, porque no hubo una circunstancia violenta”, detalló un vocero de la investigación.
Cuando los ladrones lo encaño- naron, Gamarra ya no pudo hacer demasiado. Le arrebataron la moto en breves segundos. Y después llegó el crimen.
Una de las hipótesis en el caso es que el suboficial intentó forcejar, cayó al piso y ahí uno de los ladrones lo ejecutó de un disparo a corta distancia y en pleno rostro.
La víctima quedó tirada en el pavimento y, por lo que pudieron apreciar los peritos, ni siquiera tuvo oportunidad de intentar empuñar el arma reglamentaria, que le quedó en la cintura. También le dejaron un riñonera con sus documentos personales. Pero los asaltantes sí se llevaron una mochila en la que el cabo solía guardar, por ejemplo, el uniforme policial.
Dos de los ladrones escaparon en la Yamaha 150 de Gamarra y, con toda la Policía del área buscándolos, fueron localizados en la localidad de Maquinista Savio (en la zona de Escobar). Fue entonces que dejaron la moto tirada y escaparon. Hasta anoche no habían sido detenidos.
El policía asesinado tenía dos hijos varones y vivía, casualmente, en la localidad de Maquinista Savio, adonde apareció la moto robada.
Su esposa desde hacía casi diez años, Ximena, lo despidió a través de su Facebook. “Guiame para cuidar a lo más hermoso que me dejaste en esta vida, siempre te voy a amar”, escribió.