Racing se confundió solo y no consiguió mantener la ventaja
Se dejó estar Racing y lo pagó caro. Dos veces cometió el mismo error y ahora la tabla lo encuentra con un solo punto. Jugó mal ante San Martín de San Juan, y así y todo logró ponerse en ventaja en dos oportunidades. Y aunque es raro que a este equipo le empaten porque ha hecho una gran virtud de la solidez defensiva, anoche recibió dos cachetazos casi buscándolos. Porque la Academia hizo todo lo posible para que los cuyanos consiguieran la igualdad. Un merecido premio por sus buenas intenciones.
Racing no necesita jugar bien para ganar. Fue una herencia de Diego Cocca. Y como lo sabe, no se desespera a lo largo del juego. Porque anoche Racing jugó mal en el primer tiempo. Es cierto que se lo notó muy cansado porque el último miércoles clasificó a la fase de grupos de la Copa Libertadores luego de vencer a Puebla. Y esa fatiga se evidenció por varios motivos. Primero, los futbolistas no ejercieron la presión que pide el entrenador Facundo Sava: no había piernas; segundo, los mediocampistas fallaron muchísimos pases, especialmente Oscar Romero; tercero, al no tener frescura, no se encontró lucidez para la fantasía en los metros finales. Por eso, Racing casi no pateó al arco en la primera mitad.
Lo de San Martín fue y será digno durante este campeonato. Sin los recursos ni la jerarquía individual de otros planteles, intenta jugar. Eso siempre es saludable para el espectáculo. Ayer mostró que su técnico, Pablo Lavallén, tiene una idea clara y ofensiva. Incluyó a cuatro jugadores de ataque: Ezequiel Montagna, Emanuel Denning, Lucas Salas y el solitario delantero Joaquín Molina. Pero la propuesta de la visita fue efectiva hasta tres cuartos de cancha: en los metros importantes, no pesó.
Caminaba tranquilo al 0 a 0 la primera parte. La gente empezaba a pedir un poco más. Hasta que Ardente le regaló la pelota a Gustavo Bou y el final es una crónica anunciada. Gol. El delantero vive su mejor momento y un regalo así no lo perdona: levantó la cabeza, amagó y la depositó al fondo del arco. El arquero del equipo sanjuanino quiso rechazar largo; terminó buscando la pelota contra su red.
Extraño en Racing, en el segundo tiempo se metió demasiado atrás. Se confundió. Algún fantasma de los viejos equipos de Mostaza Merlo, en su tercera etapa en el club, se pasearon por el Cilindro. Porque Cerro se quedó demasiado solo en el medio y los volantes sanjuaninos comenzaron a encontrar espacios. Los ingresos de Rodrigo De Paul y Licha López le dieron oxígeno arriba, pero el círculo central siguió siendo un lugar de tránsito seguro para San Martín.
Y dos sensaciones quedaban: Racing aprovechaba una contra o se empataba solo. Sucedió lo segundo: Cerro perdió en un lugar incómodo y Daniel González, con un remate furibundo, dejó en evidencia el mal momento de Sebastián Saja. La pelota picó antes y se le escurrió por debajo del cuerpo del experimentado arquero.
Entonces, las dudas se hicieron tan grandes como el Cilindro. Pero la gente reaccionó y empezó a empujar. No se veía claro el camino, principalmente por el agotamiento. Y ahí apareció el mimado, el jugador distinto: una bomba de 35 metros de Oscar Romero se clavó en el ángulo. Golazo del paraguayo que ayer tuvo un partido discreto, aunque tiene cosas de crack. El remate al ángulo desde tan lejos es algo reservado para los elegidos. Y el 10 cumplió. Vaya si cumplió.
Parecía una noche ideal. Sin embargo, Pitana no vio un penal a Lisandro López. Y un rato más tarde, Salas armó una jugada bárbara -Pillud marcó mal- y Toledo le rompió el arco a Saja. El Cilindro explotó de desilusión. Sin embargo, nadie podrá decir que no fue justo el empate.