Ni Dybala ni Higuaín, la estrella fue Zaza y Juventus es el líder
Faltando dos minutos Simone Zaza, con ayuda de un rebote, le dio el triunfo al local. Napoli merecía mejor suerte.
El anuncio del partido mostraba dos cosas en la mayoría de los diarios que se venden por esa península que respira fútbol: un enfrentamiento que valía (buena parte de) un Scudetto y un duelo entre los dos grandes goleadores de la temporada de la Serie A, Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala, dos argentinos, dos soldados de Gerardo Martino en la Selección. Los reflectores iluminaban a la gran cita y a sus grandes protagonistas. El desenlace, allí en el estadio de la calle Gaetano Scirea, tuvo como protagonista central a un intruso: Simone Zaza, delantero, 24 años, 186 centímetros de altura, con pasado reciente en el Sassuolo, primera temporada en la Juventus. El hizo el único gol de un partido que cambió el escenario del torneo: ahora la Vecchia Signora es el nuevo líder, con un punto de ventaja respecto de su vencido.
Al partido le quedaban apenas 120 segundos más lo que decidiera adicionar el árbitro Daniele Orsato. El cero compartido se parecía mucho a una garantía y a una consecuencia lógica respecto de lo que ambos habían ofrecido bajo el cielo de Turín. Pero este tipo de partidos -entre equipos de elite, parejos, bien armados, conocedores del oponente- se suelen resolver en detalles, en mínimos imprevistos. Entonces, cuando sólo restaba poco más de un suspiro, apareció ese zurdazo de Zaza. La pelota rozó en el joven albanés Elseid Hysaj, confundió al arquero Pepe Reina y se transformó en grito unánime de un estadio que ya estaba resignado y en victoria tardía y -quizádecisiva.
El fútbol ofrece esas situaciones a cada paso. Y también historias que cuentan matices. No hubo excepción en el encuentro que tanto se parecía a una final: Zaza - muchacho nacido en Policoro, en el Sur de Italia- fue la cara más visible de la victoria del norte, de esa Juve de paso implacable que ya suma 15 victorias consecutivas en el torneo.
Antes de ese final y de sus consecuencias -la cara de decepción de Higuaín fue el retrato de lo que significó para Napoli esta derrotahubo un partido parejo, por debajo de las expectativas, despojado de brillos. Con una doble certeza: la victoria premió demasiado a la Juventus; la derrota fue un castigo injusto para el Napoli.
No hubo grandes desequilibrios, tampoco notables rendimientos individuales (Cuadrado y Pogba fueron lo mejor en el equipo de Allegri; Jorginho se destacó en el conjunto de Sarri). De algún modo, se trató de una decepción. Se enfrentaban los dos primeros de la tabla de goleadores (Higuaín y Dybala) y los dos primeros de la tabla de asistencias (Lorenzo Insigne y el mismo Dybala) y el partido se resolvió con un zurdazo al amparo del azar. Los argentinos tuvieron apenas una opción clara cada uno: a Higuaín, a los 34 del primer tiempo, Bonucci le impidió quedar solo ante el gol; Dybala, a los 17 del complemento, definió por arriba del travesaño desde una inmejorable posición.
A la sombra del gran partido que no fue tal se jugaron otros dos encuentros: Empoli 1 -Frosinone 2; Chievo Verona 1 - Sassuolo 1. Hoy continuará el show en cinco escenarios: Milan-Genoa, Palermo-Torino, Sampdoria-Atalanta, Udinese-Bologna y Fiorentina-Inter (el que gane se trepará al tercer puesto). De todos modos, queda una impresión: el Scudetto se resolverá entre Juventus y Napoli. El tiempo dirá cuánto le costó la derrota a los del Sur. Justo ahora que no está San Diego de Nápoles para rescatarlo. Como en aquellos días felices...
Hace tres meses estábamos décimosegundos. Hoy estamos acá, punteros. Crecimos mucho...”
Massimiliano Allegri Se nos escapó al final un partido que no merecía ese desenlace. Ahora, tendremos que empezar a perseguir a la Juve”.
Maurizio Sarri