Clarín

La decepción

Afectado por el calor, Nadal no venía rindiendo en su mejor nivel. Y ayer no fue la excepción.

- Luciana Aranguiz laranguiz@clarin.com

Para verlo a él, el mejor jugador de canchas lentas de la historia, la gente agotó las entradas de la jornada y aguantó el insoportab­le calor de la tarde. Pero Rafael Nadal no fue Rafael Nadal este año en Buenos Aires y dejó a muchos con ganas de más. Al español nunca se lo vio del todo cómodo sobre el polvo de ladrillo porteño. Ni en su debut del jueves ante Juan Mónaco ni el viernes, en los cuartos de final ante Paolo Lorenzi. Y ayer no fue la excepción. Un Nadal más errático que de costumbre desperdici­ó un match point y se despidió en las semifinale­s.

“Fue una pena porque me faltó un punto para la final. Fue un partido complicado y creo que no jugué mal. Hice cosas buenas, pero cometí muchos errores y me faltó consistenc­ia”, aseguró el quinto del mundo, quien tuvo esa oportunida­d de cerrar el partido en el tercer set. Pero Dominic Thiemo levantó la situación y luego se impuso en el tie break.

“El mundo del deporte es siempre una balanza y a veces hay que darle crédito al rival. Hoy fue así. Yo no pude aprovechar mis chances. El jugó una pelota ganadora a la línea en el match point e hizo un muy buen partido. Hay que felicitarl­o”, reconoció Nadal, que arrancó con todo y sacó una ventaja inicial de 2-0, pero luego tuvo muchísimos altibajos.

Esa irregulari­dad fue una constante para él en Buenos Aires. En sus tres partidos se lo vio más dubitativo y menos efectivo con el saque que lo habitual; y luchando más para moverse sobre una superficie en la que antes se desplazaba como pez en el agua.

“Me costó adaptarme a las condicione­s que fueron un poquito extremas por el intenso calor. Me sentí más cansado en la pista que lo habitual y por eso, quizá, me faltó consistenc­ia en el juego”, reconoció el español, que venía de ser eliminado sorpresiva­mente en la primera ronda de Australia y había aceptado la invitación de Buenos Aires para, en parte, recuperar la confianza perdida. Aunque también afirmó: “No me voy preocupado. Quería jugar acá mi segunda final del año y no pudo ser. Pero llegué a las semifinale­s y luché hasta el final. Hay que seguir adelante”.

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REUTERS Mano en la cara. Rafael Nadal no pudo llegar a su 100ª final.

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