Dos caudillos en el menú del clásico
En un bando, un caudillo que mamó de chico los colores rojo y negro. Un ídolo con historia. En el otro, un zaguero al que le bastaron pocos meses para identificarse con la camiseta que lo repatrió tras nueve años en el exterior. Un ídolo del presente. Los dos pisarán esta tarde el césped del Gigante de Arroyito. Uno, Sebastián Domínguez, intentará aportar su granito de arena para terminar con una perturbadora racha adversa ante el eterno rival. El otro, Javier Pinola, buscará profundizar su nuevo romance con otro éxito en el clásico.
Sus historias, al cabo, sintetizan el indescriptible fervor que hay detrás de un choque que divide, literalmente, a Rosario en dos mitades. Para muchos, se trata del partido más pasional del fútbol argentino. Domínguez y Pinola son dos de los miles de argumentos detrás de esa subjetiva afirmación.
El defensor leproso se topó de muy chico con esta rivalidad deportiva. Conoce el paño. En Inferiores y en Primera. Ahora, después de muchos años lejos de su casa, volverá a disputar el encuentro que más disfrutó jugar. El desafío tiene sus riesgos. En juego están el presente y la historia reciente: Newell’s hace ocho años que no conoce la victoria en un clásico, dado que la última fue en el Apertura 2008.
Pinola, en cambio, experimentó el fanatismo de esta ciudad de grande. Quedó perplejo, como tantos otros foráneos. Lo mismo, por ejemplo, le pasó a su entrenador, a Eduardo Coudet, el principal responsable de su repatriación. El marcador central jugó dos clásicos desde que pisó Rosario. Ganó el primero y empató el segundo.
¿Qué piensan estos dos caudillos antes de salir a la cancha? “Es un partido que emocionalmente juega para los dos equipos. Es durísimo para jugar. El que gana sale fortalecido y el que lo pierde golpeado”, reflexiona Domínguez. “Sabemos que es un clásico, que para muchos es el partido más importante del año, pero nosotros tenemos que calmar un poquito esa ansiedad y prepararlo como un partido más. Pero define el orgullo de la ciudad, eso sin dudas”, sentencia Pinola.
Ninguno esconde impresiones y sensaciones. “En esta clase de partido cada jugador da un plus y lo hemos visto el torneo pasado donde veníamos mejor que ellos y terminaron sacando un empate que les favoreció más a ellos. No hay ningún favorito en un clásico”, agrega el ex Racing y Chacarita.
“No hay excusas para ninguno y será un partido de hacha y tiza. La presión está siempre y el fútbol se trata de ganar por más vuelta que le des. La sentimos y es lógica porque hace un tiempo que no ganamos uno. Cuando entramos a la cancha somos los primeros que tenemos la sensación. Hay muchos que nacimos acá y este partido se juega de una manera emocional especial”, subraya Domínguez.