El magnate republicano acaba beneficiando a los demócratas
El vertiginoso ascenso que tuvo Donald Trump dentro de las primarias de los republicanos causa asombró general en los Estados Unidos, pero también un particular temor entre los dirigentes de su propio partido. Esto se explica a raíz de un reciente sondeo, cuyos resultados estipulan que aunque el magnate sea finalmente nominado, le resultará difícil alcanzar la Casa Blanca ya que en las elecciones presidenciales perdería ante cualquiera de los dos candidatos demócratas, Hillary Clinton y Bernie Sanders.
De acuerdo a la encuesta realizada por Cnn/Orc, si los comicios generales se realizaran hoy, Clinton obtendría el 52% de las preferencias frente al 44% de Trump. En cambio si el candidato demócrata fuera el senador Sanders, el voto de su partido treparía al 55%, mientras que el del multimillonario se ubicaría en el 43%.
Estos números explican la intranquilidad que reina entre los republicanos por un triunfo del empresario en la interna parti- daria, y lo ventajoso que sería para los demócratas, quienes ya ven su ascenso como una verdadera oportunidad.
Un dato de la encuesta completa este escenario: si la nominación republicana es obtenida por Marco Rubio o Ted Cruz, la situación sería distinta. Hillary Clinton perdería con Rubio, mientras con Cruz estaría cabeza a cabeza.
Con un discurso que rompe con la política tradicional, Trump viene ganando estado tras estado, lo que ha exasperado a los republicanos. Los dirigentes de su partido saben que el magnate es una expresión del descontento general con el establishment político, pero que frente a los demócratas será una presa fácil. Por ese motivo salieron a cuestionarlo duramente en las últimas semanas.
Los demócratas, en tanto, ya
preparan su estrategia contra este hombre de frases rimbombantes y posiciones políticas incómodas. El equipo de Hillary comenzó a acumular posible munición con
tra Trump, revisando montañas de documentos judiciales y solicitando a los gobiernos estatales información sobre los negocios del multimillonario. También están elaborando sondeos para tantear las posibles opciones ofensivas.
Entre las alternativas que se barajan figuran cuestionar el temperamento de Trump para ser Presidente, especialmente teniendo en cuenta el manejo de situaciones internacionales donde EE.UU. pueda verse involucrado. Otro costado es poner bajo la lupa sus polémicas prácticas empresariales y sus solicitudes de protección por bancarrota. La tercera arista, y una de las que les resulta más productiva a la gente de Clinton, es retransmitir las declaraciones virulentas que hizo Trump sobre las mujeres y las minorías hispanas, sectores cruciales en el intento de los demócratas para ganar en noviembre.
De todas maneras, y pese a la ventaja que les otorga, los demócratas reconocen que Trump sabe explotar la inseguridad económica y el temor al terrorismo. “Es impredecible cualquier contienda en la que él participe. Cualquier estrategia que diseñemos hoy tendrá que ser muy flexible porque no sabemos qué nos espera frente a esta persona”, resumió David Brock, supervisor de plataformas de apoyo para los demócratas.