Cumplimos un rol social, no podemos subir la cuota”
El Club Social y Deportivo Yupanqui es uno de los más complicados de la Ciudad. Está en Guaminí 4512, en Villa Lugano. Tiene 900 socios que pagan una cuota promedio de $ 90. Hace dos meses, antes de los aumentos en las tarifas de la luz, el club abonaba $ 1.000 por mes. Ahora, el servicio cuesta diez veces más: $ 11.000. “Es todo muy complicado, una situación económica muy difícil de sostener. Esto compromete el futuro de los clubes, pero fundamentalmente de los más chicos”, le dijo a Clarín Ricardo Prado, vicepresidente de Yupanqui. A casi ninguno de los clubes de barrio consultados por este diario se le pasa por la cabeza ajustar los gastos cobrando más dinero en la cuota social, que en la mayoría de los casos oscila entre los $ 50 y $ 100. Y Prado deja en claro que para él, eso tampoco es una opción: “No podemos aumentar la cuota. Además de que sería un aumento muy elevado, esto es un club barrial y social. Lo último que queremos es ser un club elitista”. Y explica algunas de las medidas para afrontar la situación: “Estamos haciendo una gestión para sumar publicidad y una campaña para captar más socios. Si se inscriben no les cobramos la cuota de ingreso ni los gastos administrativos”. Hay instituciones que buscan fondos alquilando las instalaciones para actividades externas y eventos barriales. No es el caso de Yupanqui, que se hizo famoso como “el club con menos hinchas en una publicidad de gaseosa: “No se pueden hacer eventos porque tenemos demasiadas actividades y es imposible parar el club”. Por otro lado, Prado deja en claro el malestar general que tienen los clubes con el Estado nacional y porteño. “Hemos hecho presentaciones a la Secretaría de Deportes para que la Ciudad se adhiera a la ley nacional pero sigue en la nada. Por eso nos parece tan importante que al menos se apruebe el proyecto. Nos otorgaría un subsidio hasta que la Ciudad se adhiera. Necesitamos que nos escuchen porque cumplimos un rol social”.