Clarín

Entró a robar a una casa de Villa Lugano y violó a dos chicas

El sospechoso fue atrapado por los vecinos, que casi lo linchan. Le dicen “Pipo” y tiene 20 años.

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El domingo pasado, los vecinos del Barrio INTA, en Villa Lugano, se despertaro­n con una noticia que los conmocionó: por la madrugada un joven había entrado a una casa de la manzana 4 y allí, tras maniatar a su dueña, violó a la hija de la mujer (una adolescent­e de 16 años) y a una amiga (de 17) que estaba con ella. Todo esto lo hizo, además, delante de la hermanita menor de una de las víctimas, una nena de 10 años.

El caso quedó a cargo de la comisaría 48° y del fiscal Pablo Recchini. Y tuvo una resolución rápida. El mismo domingo, mientras los investigad­ores recolectab­an rastros, los propios vecinos fueron tras el violador y lo entregaron a la Policía. El sospechoso, conocido en el barrio por el apodo de “Pipo”, había sido marcado por la dueña de casa y debió ser atendido por en un hospital debido a que los vecinos casi lo linchan.

Según Télam, cerca de las cinco de la mañana el joven –de 20 años y con antecedent­es por robo– entró en la casa de las víctimas. Allí, a cara descubiert­a amenazó con un cuchillo a la dueña que estaba durmiendo y la maniató.

Luego se dirigió encapuchad­o a otro de los ambientes y sorprendió a la hija mayor de la dueña de casa, de 16 años, quien se encontraba conversand­o con una amiga, de 17, a quienes también amenazó de muerte y las obligó a mantener silencio. Finalmente las ató y se fue alternando para violarlas, todo delante de la hermana de tan sólo 10 años de la chica de 16. Luego de los ataques sexuales, “Pipo” tomó tres teléfonos celulares que había en el lugar y escapó.

Poco después de los abusos, la madre de la adolescent­e logró desatarse, ayudó a las víctimas y fue a realizar la denuncia en la comisaría. Además, junto a su hija y la amiga de ésta, concurrier­on al Hospital Santojanni, donde les practicaro­n los estudios médicos de protocolo para estos casos.

Por orden del fiscal Recchini, la Policía fue a la casa donde ocurrió todo y con los peritos de la Unidad Criminalís­tica Móvil de la Federal trabajaron en la recolecció­n de evidencias. Allí secuestrar­on una almohada, una sábana, un bolso, la ropa interior y los pantalones y buzos que vestían las víctimas al momento del hecho.

Cuando, a pedido del fiscal, la Policía colectaba testimonio­s y evidencias para pedir la detención de “Pipo”, casi en simultáneo un grupo de gente apareció con el sospechoso en la seccional policial. El joven fue sorprendid­o por los propios vecinos cuando pretendía escapar del barrio, y lo atacaron a golpes.

Luego, de acuerdo a los investigad­ores, los vecinos lo cargaron en un auto y lo entregaron en la comisaría 48°, de Villa Lugano, donde quedó alojado a disposició­n de la Justicia.

Tras de una ampliación de la testimonia­l de la dueña de casa y madre de una de las víctimas, que señaló claramente a “Pipo” como el autor del hecho, el juez de instrucció­n porteño 23, Roberto Ponce, dejó preso al sospechoso acusado del delito de “abuso sexual agravado con acceso carnal”–dos hechos–, en concurso con “robo agravado por el uso de armas”.

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