Clarín

Una bala letal contra el kirchneris­mo

- nobo@clarin.com Eduardo van der Kooy

El kirchneris­mo ha sufrido en las últimas horas un golpe político demoledor. La detención del ex secretario de Obras Públicas, José López, en circunstan­cias escandalos­as, supone un montón de imprevisib­les desencaden­amientos. Entre ellos el más infausto para la oposición radicaliza­da: ningún juez podría desde ahora hacerse el distraído respecto de la situación de Cristina Fernández. Es decir, una bala enfila hacia el corazón del debilitado sistema de los K.

Luego del escándalo de López se hará difícil para los jueces no reparar en la situación de Cristina Fernández.

La afirmación no resulta caprichosa. El ingeniero tucumano López fue un hombre histórico del palo de los Kirchner. Desde que el ex presidente fallecido llegó en los 90 a la gobernació­n de Santa Cruz. ¿No hubo otros, acaso? Los hubo, aunque con distintas ponderacio­nes.

Ricardo Jaime, el ex secretario de Transporte preso, representó una llave maestra de la recaudació­n de Kirchner. Pero jamás contó con la simpatía de Cristina. Julio De Vido terminó siendo el zar de la obra pública y tuvo la amistad del matrimonio. No fue similar, sin embargo, la intensidad de la edificada con Néstor que con Cristina. Permaneció todo el ciclo del poder kirchneris­ta porque concentró las decisiones en relación a los sobrepreci­os en las adjudicaci­ones. Pero la ex presidenta pareció tentada varias veces con darle un empujón. Hubiera resul- tado peligroso. Conoce demasiado. Por esa razón se abstuvo.

Con López, en cambio, mantuvo hasta el 10 de diciembre del 2015 un vínculo estrechísi­mo. De audiencia casi diaria. Como

no pudo disfrutar De Vido. Lo unía a la ex presidente similar altanería. Formaba parte de un grupo selecto al cual le brindó protección cuando llegó la época electoral. El ex secretario de Obras Públicas es diputado por el Parlasur. Su hijo Máximo, diputado nacional. Diego Bossio, el ex jefe de la ANSeS, también entró al Congreso. Su ruptura fue posterior. Alicia Kirchner es mandataria de Santa Cruz. Ese primer círculo podría cerrarse con Ricardo Echegaray. En otro plano estarían los militantes de La Cámpora, también bajo un paraguas.

Echegaray fue poco previsor. O aceptó la última imposición de su jefa. En vez de pelear por un lugar en el Congreso fue empinado en la Auditoría General de la Nación (AGN). Para bloquear todo intento de indagar en el último año de gestión kirchneris­ta. Sus defensores dicen que permitió la apertura de 13 informes. Puro humo. El estallido del caso de Lázaro Báez, a quien protegió según las indagacion­es judiciales, lo dejó a la intemperie.

El patético espectácul­o de López intentando ocultar en un monasterio de General Rodríguez bolsos con más de 8 millones de dólares representa para el kirchneris­mo un episodio mucho más gravoso que el de las andanzas del empresario K. Báez fue una obra exclusiva de Kirchner. López, del matrimonio. El ex presidente ya no puede responder. Cristina sí.

Existe otra cuestión que podría ayudar a sepultar para siempre lo poco y pobre que queda del relato de la “década ganada”. La debacle de López no se produjo por ninguna revelación del periodismo. Como sucedió con Báez, a partir de los videos de La Rosadita que despertaro­n al juez Sebastián Casanello. No habría en este caso ninguna hipotética operación mediática detrás del descubrimi­ento. Aquel relato quedaría hueco, sin enemigos a la vista.

La desesperac­ión de López en plena madrugada de ayer validaría toda la historia de corrupción kirchneris­ta, atravesada por peripecias insólitas. Nadie discutiría ya la metodologí­a de los bolsos para escurrir dinero estatal espurio. Tampoco la existencia de las bóvedas, que Báez supo disimular por la impericia judicial con bodegas en una de sus fincas en Santa Cruz. López no habría concurrido al monasterio por ocurrencia o repentina necesidad religiosa. Los escondites de dinero en efectivo también constituye­ron una pieza del esquema defraudato­rio. Ahora no sonaría exagerada la determinac­ión del fiscal Guillermo Marijuan, que dispuso la utilizació­n de excavadora­s para rastrear plata sin suerte en una de las estancias del empresario K. Incluso cobrarían vida los rumoreos sobre la inversión en joyas. El ex secretario de Obras Públicas fue pescado con un bolso repleto de relojes de alta gama.

La imagen de López podría interpreta­rse como la de una banda en fuga desordenad­a. Tanto, que resulta difícil aceptar que resultó descubiert­o por un vecino con insomnio mientras arrojaba los bolsos a través del enrejado del monasterio bonaerense. La realidad podría haber recorrido otro andari

vel. El viernes último el juez Julián Ercolini había dispuesto peritajes urgentes a raíz de una denuncia de Vialidad Nacional, que expuso la arbitrarie­dad de López para favorecer a Báez con rutas que ni siquiera se hicieron. Varias de ripio en Santa Cruz. Una

filtración desde Comodoro Py le anticipó al ex secretario de Obras Públicas la cercanía de un allanamien­to en sus propiedade­s. Eso explicaría su excursión despavorid­a.

La caída de López podría provocar a futuro un efecto dominó. A De Vido le resultará difícil continuar amparándos­e en sus fueros para ocultar lo que posee. A Casanello, que sustancia la ruta del dinero K, y a Ercolini, a cargo de Hotesur, la empresa que administra una cadena hotelera de los Kirchner en El Calafate, también les será dificil seguir evadiendo la conexión de los asuntos que investigan con la punta del ovi-

Al ex segundo de De Vido lo pescaron in fraganti. No hubo revelación periodísti­ca. Una decepción para el relato K.

llo que quedó a la vista: los sobrepreci­os de la obra pública como herramient­a central de la corrupción.

En su mareo político, los kirchneris­tas condenaron a López pero protegiero­n a De Vido. El bloque de diputados, que preside Héctor Recalde, emitió una declaració­n de repudio contra el ex secretario de Obras Públicas. En aquel bloque figura el ex ministro de Planificac­ión. Ninguno dijo nada. Los K votaron la semana pasada en contra

del dictamen de la Comisión de Asuntos Constituci­onales que, por 15 votos contra 10, autorizó al magistrado Luis Rodríguez a allanar un departamen­to de De Vido en una causa por enriquecim­iento ilícito. El macrismo decidió guardar el dictamen para debatirlo en el recinto recién después del fin de semana extra largo. No desea que interfiera en la aprobación del blanqueo de capitales y la reparación histórica para 2,5 millones de jubilados. La preocupaci­ón de Cristina tendría motivos para multiplica­rse. La ruptura del pacto de silencio de la familia Báez –al menos de sus hijos– podría significar quizás una nimiedad en comparació­n con la caída de López. Si el ex secretario de Obras Públicas hablara se produciría la implosión del kirchneris­mo que sobrevive. Marijuan sigue obstinado en lograr que el empresario K se acoja a la figura del arrepentid­o. ¿Podría suceder lo mismo con López? La ex presidenta, pese a todo, continúa disponiend­o de algunas trincheras en el mundo judicial. La Sala I de la Cámara Federal, con los votos de Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, aceptó su inclusión como querellant­e contra Claudio Bonadio en la causa por la compra de dólares a futuro. El juez tiene procesada a la ex presidenta. Ella lo acusa de damnificar­la. Curiosidad argentina. Tales resguardos, luego del vergonzoso episodio de López, parecen haber ingresado definitiva­mente en zona de riesgo. Hay una sociedad dolida por el ajuste económico que, al mismo tiempo, exigiría un rápido resarcimie­nto ante tamaña impunidad.

 ??  ?? Jorge Luis Borges y diputado y ex ministro Julio De Vido.
Jorge Luis Borges y diputado y ex ministro Julio De Vido.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina