Un galán popular
Hizo circo, radio, televisión y teatro. Versátil, pasó de las historias románticas a la comedia y los musicales.
Galán de los ‘70, con sus remeras a rayas y sus pantalones ‘pata de elefante’. O impecable, de traje y moñito al cuello para sus shows musicales una década después... Así se recordará a Ricardo Dupont, actor y cantante que murió el domingo, a los 70 años. Pero también estará presente en la memoria de sus giras solidarias, llevando sus comedias a esos pueblos donde es más difícil llegar que actuar.
Me llaman Gorrión, en 1972, Jacinta Pichimahuida, Trampa para un soñador, ya en los ‘80, son quizá los títulos más populares por los que pasó. Pero su carrera había comenzado mucho antes. A los 9 años Ricardo trabajaba en un circo ambulante. Cuando quiso asentarse, apostó por Buenos Aires y la radionovela, género al que se dedicó con éxito en la vieja Radio Porteña (hoy Continental). Cuando ya tenía 26 años, Nicolás “Pipo” Mancera lo llevó a la televisión, para hacer de repartidor de diarios en un segmento de sus Sábados Circulares, el ciclo que inventó los programas ómnibus en la pantalla local, allá por fines de los ‘60. Sus dotes de comediante no pasaron inadvertidas para el rey de la comedia, Darío Vittori, quien lo llamó para acompañarlo en sus unitarios de televisión y también en el teatro. Junto al Tano estuvo haciendo reír por más de 15 años.
Pero nunca dejó las telenovelas. En ellas había debutado en 1971 con Así en la vida como en el cielo, sucediéndose los títulos hasta mediados de los ‘ 90 con Dulce Ana o Los ángeles no lloran. Sus personajes románticos le dieron la popularidad suficiente como para editar un álbum con canciones de amor, Ese pecado de quererte, que fue Disco de Oro en 1973.
Junto a la cantante Vicky Buchino (con quien se casó por segunda vez) hizo una serie de exitosos musicales que recorrieron dos décadas, como Dame el sí, La noche del 40, Gente romántica, Hagamos el humor o Fantasías de un seductor. En 2005, ya afectado por el Mal de Parkinson, tomó la decisión de alejarse de los medios, y por lo tanto de su carrera televisiva y de los escenarios, aunque siguió vinculado al teatro desde la dirección de distintos espectáculos musicales.