Un súper martes con la FIFA y la Conmebol en la rosca de la AFA
Los veedores de FIFA y Conmebol llegaron el lunes y se irán esta tarde. Serán unas 60 horas llenas de reuniones. Al subir al avión habrán visto cara a cara a Luis Segura, a Hugo Moyano, a Armando Pérez, a Nicolás Russo, a Daniel Angelici, a Rodolfo D’Onofrio, a Matías Lammens, a Eduardo Spinosa, a Diego Maradona, a Fernando Marín, a Graciela Ocaña y a todo el Comité Ejecutivo. Por eso se merecían un break para bajar tensiones. Y fue con una cena en Constitución: la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros y Obreros del Transporte Automotor de Cargas, Logística y Servicios. Allí, Primo Corvaro (cigarrillo en mano), Monserrat Jiménez y Carlos Manser Galli arribaron cerca de las 21 junto con el vicepresidente de Nueva Chicago, Daniel Ferreiro. El anfitrión, Hugo Moyano, llegó un rato más tarde.
Este gesto de invitar a los vee- dores tuvo dos lecturas. “Hugo se le adelantó al resto”, dijeron en el moyanismo. “Es otro escándalo para Infantino”, exageraron los profetas de la Superliga. En rigor de verdad, no suena prolijo que los enviados para tratar de normalizar una institución al borde del incendio como la AFA se expongan al calor de una parrilla con uno de los sectores en pugna.
Corvaro y compañía terminaron agotados de tanto diálogo lunes y martes. Y algo molestos, cuentan, con algunas actitudes. Por ejemplo, no les hizo mucha gracia que en la reunión que mantenían con Fernando Marín (titular de Fútbol para Todos) y con miembros de la Inspección General de Justicia en el Hotel Emperador se le permitiera el acceso a la legisladora Graciela Ocaña, denunciante en la causa que investiga el posible desvío de fondos públicos que el Estado les dio a los clubes por los derechos de TV. Ya para ese encuentro tuvieron que dejar la AFA (les dieron la oficina del tercer piso que era del gerente financiero Rubén Raposo, a quien echaron este año) porque Marín no quiso ir a Viamonte 1366. En su último paso por allí, había tenido un duro cruce con Moyano...
Los veedores asistieron a la reunión de Comité Ejecutivo, en la que también estuvieron los dos veedores de la IGJ designados después de que se suspendiera la elección del 30 de junio. Tantos ojos para ver y quedó una gran duda sobre la cantidad de miembros que hubo. La convocatoria a Asamblea Extraordinaria se dio por unanimidad, pero para conseguirlo se necesitaba mayoría especial (33 de los 45 miembros). “¿Cuántos somos?”, le preguntó a Segura el vicepresidente de Atlanta, Gabriel Greco. “Debemos ser 33”, respondió el presidente sin mucho rigor. Cuentan que el libro de actas desapareció rápido del salón del tercer piso. “No éramos más de 29”, dijo un miembro del Comité. “Me quisieron hacer sentar para hacer bulto, como el diputrucho”, contó risueño otro dirigente que estaba en la sala pero no como integrante del cuerpo. Igual, todos levantaron la mano, incluyendo los radicales del Ascenso Unido, mientras su líder, Claudio Tapia, volvió a Estados Unidos con la Selección. De todos modos, afirman que en el libro de actas estarán bien los 33, para evitar posibles impugnaciones y que no se rompa el acuerdo que más temprano habían sellado, en Camioneros, Moyano, Angelici, Segura, Pérez y Russo.