Los médicos rechazaron un intento de frenar la indagatoria
La abogada dijo que “escucha voces” y que está “asustado”. Pero los peritos afirman que está apto para declarar.
El parte de los médicos que revisaron a José López cortó ayer la estrategia judicial que había desplegado su abogada defensora en la causa por la portación del arma, Fernanda Herrera, quien había declarado que el ex secretario de Obras Públicas de la era kirchnerista “escuchaba voces y estaba delirando”. “Se le hicieron los controles clínicos, neurológicos, psiquiátricos, de laboratorio, radiografía y tomo
grafía computada. No aparecía ninguna lesión por lo cual fue externado del hospital”, dijeron por la tarde los médicos que revisaron a López en el hospital de General Rodríguez.
“La tomografía computada no arrojó lesión. Se fue compensado y con total conocimiento de sus acciones. Para nosotros está apto para declarar, no hay nada que lo impida”, afirmaron los doctores Patricio Díaz, jefe de Guardia del hospital, y Andrea Barbajelata, directora asociada.
Al ser consultados sobre los ataques de pánico que la abogada había mencionado, los doctores fueron terminantes: “La conclusión de la psiquiatra no arrojó ninguna patología de ese tipo”.
Antes, la abogada de López había asegurado que su cliente no puede declarar porque “escucha voces y no se acuerda ni del nombre de la gente de su familia”.
La fiscal Alejandra Rodríguez, con competencia de la justicia provincial en la causa por tenencia ilegal de arma secuestrada al secretario de Obras Públicas, quiere indagarlo no solo por la posesión del rifle Sig Sauer cali- bre 22 que hallaron en su Meriva, la madrugada que quiso ingresar el equivalente a 9 millones de dólares al retiro religioso “Nuestra Señora de Fátima”. El delito de “portación de arma civil atenuado” hubiera resultado excarcelable. Tiene la licencia vencida y agotada la excusa de esa imprevisión, López se habría retirado como un buen vecino (con una multa de 10.000 pesos).
El problema es el botín. Por ello debe declarar esta mañana en el juzgado federal de Daniel Rafecas, en los tribunales de Comodoro Py, por el delito de enriquecimiento ilícito que tramita desde 2008.
La fiscal Rodríguez también quiere indagarlo para preguntarle por esa montaña de billetes. Según la explicación de la abogada Herrera, ayer no pudo contestar porque “tiene alucinaciones” y “ataques de pánico”. “Está muy asustado, no entiende. No podía decir sus datos filiatorios ni los de su padre. No está en condiciones”, insistió entonces su defensa. El argumento se desvaneció pronto como estrategia. Quedó anoche expuesta cuando los médicos del Hospital de General Rodríguez comprobaron que el detenido “está perfectamente ubicado en tiempo y espacio”. “Tuvo ánimo de colaborar”, dijo el jefe de guardia, Patricio Díaz. Del test surgió que no tiene un brote psicótico. “Sólo un estado de sobrealerta”, por las circunstancias que atraviesa.
Refieren a Clarín que pasó la noche “asustado”. Aún con esa carga, López se encargó de pedir por sus dos celulares. Tiene especial aprehensión por el valor de sus últimas llamadas, antes de emprender el viaje millonario desde el Tigre hasta la casa religiosa. Hay muchas fuerzas desatadas y mucha plata ilegal con detalles de sus portadores.
Si hubo comunicación cruzada en las horas previas al episodio en “Nuestra Señora de Fátima”, la justicia tendrá especial interés en ponerle nombres.
¿Quién o quiénes fueron los interlocutores de López en su emergencia?