Clarín

Una interna con Macri en el medio

- Eduardo Paladini epaladini@clarin.com

Cuando le preguntan por enésima vez sobre la escueta y fría reunión con el Papa, allá por febrero, Mauricio Macri revela una caracterís­tica de Jorge Bergoglio: “El nunca te echa de una reunión”. Lo dice como prólogo para recordar esa historia de 22 minutos, que, insiste el Presidente, fue menos dramática en términos políticos de lo que quedó flotando. “Somos dos personas de hablar poco. Yo fui, le dije lo que tenía que decir, él me dijo lo suyo, y cuando ya no había más nada que hablar, le pregunté si podía pasar Juliana para hacer las fotos. ¿Por qué Cristina estaba dos horas? Hablaría ella...”, contó Macri hace unos días en una charla privada. El Presidente también confirmó un dato que ya entonces estaba en el centro de la polémica y que hoy toma mayor volumen, luego del cruce público en Francisco y la red Scholas Occurrente­s: “Sí, sí, durante la charla (el Papa) me pidió ayuda para Scholas”.

Cuando hace poco más de una semana trascendió que, por orden de Bergoglio, Scholas había rechazado una donación del Gobierno argentino por casi $ 17 millones, un alto funcionari­o sintetizó sobre el tema: “Es una interna de ellos”. Macri también compró esa idea. La declaració­n que hizo trascender ayer el Papa, revoleando la sombra de la corrupción sobre las cabezas de Scholas, abona en buena medida esa teoría; aún cuando en el macrismo conceden que “no fue lo ideal” que el Papa ordenara devolver la plata. Con lógica, la decisión se tomó como un desplante a Macri. La tensión implícita en la relación es tal, que el jefe de Gabinete no sólo repitió en público que el dinero donado había sido solicitado por Scholas y no fue una concesión del Gobierno, para despejar la idea de que el subsidio era un modo de “comprar” buena onda con Francisco; además, Marcos Peña pidió a sus colaborado­res que le dieran el papel con el pedido para chequear el número exacto de la solicitud. Fue a raíz de una insólita sub-polémica que se había colado en el debate. Cuando se supo que la donación era de 16.666.000 pesos, algunos vieron en el triple 6 una ironía

satánica del Gobierno. Así de sensibles están las cosas. Peña se tranquiliz­ó cuando chequeó que la maldita cifra la había fijado la ONG.

En el mapa de la relación con Francisco, Macri cree tener en el futuro un punto verde. En octubre viajaría a Roma para la santificac­ión del cura Brochero. ¿El Papa lo recibirá con mejor cara? ¿No habrá interferen­cias de los voceros que no lo quieren, como el legislador Gustavo Vera? “No me pidan que interprete al Papa. Y menos a esos voceros...”, suele desentende­rse Macri. Algo sobre ese posible encuentro habló la canciller Susana Malcorra con el Papa el lunes, cuando lo vio una hora en el Vaticano.

En el macrismo dicen que “no fue lo ideal” que el Papa ordenara devolver la plata.

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