Obama, en Orlando con familiares de los muertos
El presidente se reunió con sobrevivientes de la masacre e insistió en la necesidad de regular la venta de armas.
Cinco días después de la masacre en la disco gay de Orlando, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viajó ayer a la ciudad y se reunió con sobrevivientes y familiares de las víctimas, y con miembros de las fuerzas de seguridad que respondieron al peor ataque armado en la historia del país.
“Nuestros corazones también están destrozados”, dijo Obama tras el emotivo encuentro con las familias de los muertos. Y pidió un cambio en el debate sobre las armas en el país.
Tras aterrizar en Orlando, Obama llegó al estadio Amway Center, donde juega el equipo de básquet Orlando Magic, y en cuya fachada había una pantalla gigante que mostraba mensajes de condolencias a los 49 muertos y 53 heridos en el ataque perpetrado el domingo a la madrugada por un joven de origen afgano que juró lealtad al grupo yihadista ISIS.
Acompañado por el vicepresidente, Joseph Biden, Obama se reunió allí con un grupo de sobrevivientes de la tragedia y de familiares de los muertos. Antes, “tuvieron la oportunidad de reunirse con agentes de las fuerzas de seguridad locales para agradecerles sus acciones en respuesta al ataque en la discoteca Pulse”, indicó la Casa Blanca.
Obama volvió a defender la necesidad de un mayor control de la venta de armas en el país. En declaraciones a la prensa, dijo que el debate sobre el tema “tiene que cambiar”, y llamó al Congreso a aprobar medidas para evitar que los terroristas puedan comprar legalmente en el país “armas extraordinariamente peligrosas”.
“Una vez más he abrazado a familias de luto y me han preguntado por qué esto sigue ocurriendo. Y nos pidieron hacer más para acabar con las masacres. No les importan los aspectos políticos, y a mí tampoco. Este debate (sobre las armas) tiene que cambiar”, aseguró el mandatario, mientras en Orlando comenzaban a celebrarse los funerales de las víctimas.
“Podemos impedir tragedias. Podemos salvar vidas”, dijo el jefe de la Casa Blanca. “Si no reaccio- namos, veremos otras masacres como ésta”, advirtió. Y concluyó: “Aquellos que defienden un acceso fácil a fusiles de asalto deberían reunirse con estas familias”.