La ciencia confirmó que las plantas son sensibles al tacto
El estudio ayudará a moldear la forma en que el hombre interactúa con ellas. Se trata de un mecanismo de defensa.
Como las abuelas que cuidan con las plantas para que los patios de sus casas reluzcan, cientos de miles de personas realizan día a día el mismo rito. No sólo las cuidan, muchos, como asegura el príncipe Carlos de Inglaterra, también les hablan, las acarician, porque están convencidos de que crecen mejor. Para aquellos que descreen ahora hay una confirmación, ya que una investigación científica realizada en la Universidad de Australia Occidental (UWA) y publicada por Plant Physiology demuestra que, aunque nos son capaces de pensar, las plantas son capaces de sentir.
“A diferencia de los animales, las plantas son incapaces de huir de situaciones peligrosas. En lugar de eso, parecen haber desarrollado complejos sistemas de defensa de estrés para sentir su ambiente y ayudarles a detectar peligro y responder apropiadamente”, explicó el experto en biología molecular Olivier Van Aken, que lideró el estudio. Los científicos percibieron un cambio en la expresión de miles de genes de plantas, que ocurría unos minutos después de que fueran rociadas con agua. Estas variaciones genéticas las experimentaban durante un corto período de tiempo. Gracias a estos datos, los investigadores concluyeron que las plantas son capaces de tener respuestas dinámicas a cambios a su alrededor.
Los científicos también detectaron modificaciones cuando las tocaban, las pinchaban con pinzas o cuando se proyectaba una sombra sobre ellas. En la naturaleza, estas respuestas podrían significar un mecanismo de defensa, accionado por gotas de lluvia, un insecto en contacto con sus hojas o incluso ante el soplido del viento. El ingeniero agrónomo Jorge Casal le explicó a Clarín: “Se experimentó con plantas cuyas hojas se tocan entre sí y pueden cambiar su dirección. Las plantas son capaces de sentir distintas señales del ambiente”.
En la misma sintonía, el biólogo Marcelo Yanovsky sostuvo que el estudio incorpora nuevos conceptos: “Desde la década del 90 se sabe que responden al tacto. Las plantas tienen sensores de luz, llamados fotorreceptores, que les permiten distinguir el día de la noche, el día largo del verano de los días cortos del invierno, la sombra causada por otras plantas, o la dirección de la luz. El estudio descubre que las plantas responden al tacto ajustando su metabolismo energético”.
Van Aken consideró que el estudio ayudará a moldear la forma en que los humanos interactúan con las plantas: “Aunque la gente asume que las plantas no sienten al ser tocadas, esto muestra que en realidad son muy sensibles al tacto. Aunque las plantas no parecen quejarse cuando pellizcamos una flor, las pisamos, o simplemente las rozamos al salir a caminar, ellas están realmente al tanto de este contacto y responden rápidamente a la forma como las tratamos”.