Cuatro detenidos por el ataque contra un jefe antisecuestros
Son dos hombres que estaban heridos de bala y sus mujeres, quienes les habían conseguido refugio para esconderse.
Aún heridos de bala, ambos habían logrado huir tras el brutal ataque a tiros contra el jefe de la División Antisecuestros de la Policía Federal. Hasta ayer, cuando cayeron detenidos en una precaria casa ubicada en los fondos de una iglesia evangélica de la localidad de Ferrari, partido de Merlo. También fueron apresadas sus parejas.
Según los investigadores, el hombre de 32 años y el joven de 18 años que terminaron arrestados fueron baleados durante el hecho ocurrido el jueves de la semana pasada en Villa Martelli (Vicente López). Y las dos mujeres (de 32 y 28 años) les habrían conseguido teléfonos celulares para cometer los secuestros y refugio para esconderse. Fueron imputadas por encubrimiento.
El Grupo Especial de Operaciones Federales ( GEOF) los halló ayer. La semana pasada ya había sido detenido un primer sospechoso, de 53 años, quien tenía tres heridas por disparos en el abdomen y quedó internado en el Hospital Mercante de José C. Paz.
Díaz (51) continuaba internado en el Hospital Churruca, adonde ayer lo visitaron la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman; y la subjefa de la Federal, Ester Mabel Franco.
El jefe policial recibió perdigones de escopeta en un brazo y la cabeza. Si bien está fuera de peligro, tuvo una lesión que le hizo perder la visión del ojo derecho.
En las últimas horas, el fiscal federal Carlos Stornelli y el juez federal N° 9, Luis Rodríguez, ordenaron un nuevo allanamiento en una casa deshabitada que los secuestradores habrían usado para mantener cautivas a sus víctimas.
El ataque se produjo cuando un grupo de la División Operativa Central de la Policía Federal, encabezados por el jefe máximo del área, el comisario inspector Díaz, estaba siguiendo a un grupo de delincuentes. Se sospechaba que la organización había cometido al menos dos secuestros extorsivos en el barrio de Belgrano.
Mediante escuchas telefónicas, detectaron que aquella noche estaban preparándose para cometer un nuevo hecho. Entonces los agentes decidieron intervenir.
Los secuestradores iban en un Volkswagen Bora color gris y fueron localizados cerca de ruta 202 y Panamericana, en Don Torcuato. La Policía comenzó seguirlos de forma encubierta, con autos no identificables. La banda había robado un Chevrolet Onix que dejó estacionado en Villa Martelli. Cuando los delincuentes fueron a buscarlo y mientras estaban cambiándole la chapa patente, descubrieron el operativo policial que los rodeaba.
Tres de los sospechosos se subieron al Onix y aceleraron. En Melo y Talcahuano perdieron el control, chocaron contra un Renault 12 y se estrellaron contra una casa. Lo que siguió fue una ráfaga de disparos de película. Hubo al menos 80.
La peor parte se la llevó Díaz, quien iba sentado del lado de acompañante de un Fiat Siena. La banda logró arrancar otra vez en el Onix y escapar maniobrando por encima de la vereda. A un par de cuadras abandonaron ese coche y siguieron la fuga en el Bora.