Temperamentales
Tres personajes con sendas historias que se cruzan en un filme en el que impera el caos y el griterío clásico de la gente que vive en el sur de Italia.
Historias napolitanas Drama Italia, 2015. 100’, SAM 16 De Antonio Capuano Con Antonio Casagrande, Marco Grieco Salas Village Recoleta, Belgrano Situada en Bagnoli, barrio napolitano del título original ( Bagnoli Jungle, la selva de Bagnoli), hay tres historias troncales que se entrelazan, con personajes estrafalarios, o no.
Son la de un hombre al que su esposa lo echó de su casa, que se lleva pésimo con ella y con su hijo en común, que deambula por la calle, roba autos descuidados, recita poemas en los bares y con las monedas recurre a los servicios de una prostituta. Otra es la de su padre, que de joven trabajaba en una fábrica de acero, hoy no solamente cerrada, sino abandonada y que sirve de símbolo de una industrialización que no prosperó, que tiene trabajando para él a una señora ucraniana a la que le ofrece dinero para que se desvista. La tercera es la de un joven que hace el delivery de un pequeño mercadito.
El director Antonio Capuano, tal vez valiéndose de la idiosincracia del sur de Italia, exacerba todo, hasta convertir a la narración en un caos. Hay juegos sonoros que no empatan con lo que se ve, y mucho griterío.
La devoción del protagonista del segundo relato por Diego Maradona (exhibe en una vitrina de su casa una camiseta del 10, y es una suerte de biógrafo no autorizado del ídolo de Nápoles) es un guiño, pero ninguna de las tres narraciones alcanza a atrapar al espectador.
No quedan bien parados los personajes femeninos, dos de los cuales se dedican a dar placer por dinero, sin que se profundicen motivos. Un filme temperamental, pero fácil de olvidar.
POR QUE NO
Ninguna de las tres historias llega a atrapar al espectador, en medio de un caos narrativo.