A los 76, Tom Jones dice que no vive del pasado
Leyenda del rock y del pop, a los 76 años confirma su vigencia con nuevo disco (“Long Lost Suitcase”) y sus hits de siempre. El domingo canta en el Luna Park.
Histórica voz del soul británico, habló con Clarín de su vida y de su show del domingo en el Luna Park.
Las caderas de Tom Jones no se detienen jamás. A los 76 años, el Tigre de Gales aún eleva su voz como un imán frente a multitudes, y sigue moviendo el cuerpo. Para descansar, si nadie lo ve, se va a caminar. “Trato de estar siempre en forma. Camino un montón en cualquier parte del mundo en la que esté”, cuenta Tom Jones, del otro lado del teléfono en Los Angeles (California), donde vive hace décadas. “Así es. Simplemente salgo a caminar donde sea que me encuentre. En otra época solía correr. Ahora camino. Es algo muy saludable, ¿sabe? Me mantiene en calma y alerta”.
¿Existen similitudes entre caminar y cantar?
¡Sí, claro! Tienen mucho que ver. Se trata de estar conectado con vos mismo sin ningún esfuerzo. Y de poder disfrutarlo. Y Tom Jones tose un poco, pero su voz se queda vibrando hasta aquí. Hoy no estará ya en Los Angeles sino dando nuevos pasos rápidos en plena gira latinoamericana rumbo al sur. El domingo, la leyenda carnal del pop y el rock cantará por quinta vez en Buenos Aires. En el Luna Park, el tipo de rostro muy terso, fuertes rulos blancos y barba candado, aparecerá con un traje oscuro y brillante para abrazar con su voz -aún tronante y sensual- a todos sus éxitos y a varias de las canciones de su último disco Long Lost Suitcase (2015). Al verlo agitar sus caderas, ¿gritarán en el Luna Park, junto a las mujeres enloquecidas hace décadas por Tom Jones, otras mucho más jóvenes? ¿Se cautivarán con las melodías en espesos compases de rock, country, blues y gospel que unen sus raíces con su futuro en Long Lost Suitcase? “En Argentina voy a combinar las canciones de este disco nuevo con mis clásicos de siempre. Delilah, It’s not Unusual, Sex Bomb, She’s
a Lady, Kiss, etc. Las obras que el público conoce bien. Me gusta tocarlas a todas”, sonríe Tom Jones. En Long Lost Suitcase rastrea sus propios orígenes sonoros rumbo a sí mismo: a Thomas Jones Woodward, nacido el 7 de junio de 1940 en el pueblo Treforest, junto al río Taff, al sur de Gales. El hijo de un minero nombrado Sir Tom Jones por la Reina Isabel II en 1995. Con tono evocativo, pero sin nostalgia, en este disco canta viejas obras -nada predecibles- de Los Rolling Stones, Los Lobos, Willie Nelson, Lonnie Johnson, Jesse Fuller, Hank Williams, Gillian Welch, entre otros. Aquí explora los distintos matices de su voz, casi como un juego que produjo Ethan Johns, a modo de cierre de la trilogía que completan
Praise & Blame (2010) y Spirit in the Room (2012). “Son enormes canciones. Yo confío mucho en Ethan Johns. Este disco tiene el valor de sus arreglos y su sonido acústico. También buscamos que mi voz no fuera tan fuerte como antes”. Y se queda pensando: “Es una mezcla de lo que siempre hice, con nuevas ideas. Pero en vivo… ¡mi voz sigue siendo potente!”, jura Tom Jones. Pero Long
Lost Suitcase esquiva los arreglos ampulosos de cuerdas y vientos que, en los años 70, sostuvieron su mito de animador erótico inagotable, no sólo arriba de los escenarios. Como aquel rumor de que se acostaba con 250 mujeres al año, algo con lo que luchó Linda Trenchard, su
esposa desde los 17 años y madre de su hijo Mark, quien ya de adulto devino su manager. ¿Qué escenas elige recordar hoy Tom Jones? Como dijo más de una vez, Long Lost Suitcase puede ser visto como la vestimenta sonora de su autobiografía Over the Top and Back (“En la cima y de vuelta”), editado en inglés el 8 de octubre de 2015. “Aún no me puse a escribir la segunda parte. En la primera conté bastante de mi infancia. Fue una experiencia muy enriquecedora”, recobra. Ahí plasma su fascinación por Little Richard, Elvis Presley y Jackie Wilson; habla del impacto que causó en 1965 con It’s not Unusual, o con el Premio Grammy del 66, que lo volvió parte de la “Invasión Británica” en Estados Unidos, a la par de The Beatles, The Rolling Stones, The Kinks, The Animals, etc. Ya en los 70, su figura se alineó a los shows en Las Vegas y ahí se encumbró el mito de que, cuando cantaba en el Caesar’s Palace, las mumujeres le arrojaban las llaves de sus habitaciones. Habrá que esperperar la edición local de Over the
Top and Back para recobrar esos añoaños. O cómo hizo para perdurar y vovolver en 1999 con su disco de dueduetos Reload, junto a Robbie WilWilliams, The Pretenders, Portisheahead y The Stereophonics. Así ingregresó al siglo XXI: con 41 discos y 10 mmillones de placas vendidas. El 110 de abril el mundo dio un giroro een la vida de Tom Jones: Linda TreTrenchard falleció de cáncer. El sussuspendió sus shows, rearmó su inteinterior, y luego volvió a caminar. Le ccuenta a Clarín: “En mis concierciertos, no es que prefiera hacer canciones alegres y no tristes. Me gusta ir combinándolas. Pero en general busco transmitir sensaciones positivas. Yo quiero cambiarle el día a la gente en dos horas. Eso mismo siento para mí. Por eso elijo cantar cosas de rock, country, rhytm & blues, etc. Si a mí me satisface primero, luego puedo transmitirle lo mismo al público”. Y por eso asegura que nunca pasará de moda. “Cuando ponés las versiones originales de Delilah,
It’s not Unusual o She’s a Lady, te das cuenta de que el sonido está más vivo que nunca. Por eso siguen vigentes. De todas maneras, cuando las canto en los escenarios cambio los arreglos para no aburrirme. ¿Para qué las voy a hacer igual que antes? Yo no vivo del pasado. Hay que mirar siempre hacia adelante. No me gusta defraudar a la gente”.
¿Cómo se vinculan con usted las nuevas generaciones?
Yo creo que muchos jóvenes y chicos están interesados en lo que ocurría en los ‘60 y ‘70. Sin ir más lejos, mi nieto me suele preguntar por mis viejos álbumes y se sorprende por el sonido de antes. Como él hay un montón de pibes que no sólo escuchan lo que sale en la radio. Hay que estimular la curiosidad de la juventud. En Europa, muchos chicos vienen a verme porque quieren escuchar algo real en vivo. Ese fue mi sueño de toda la vida: conseguir el mejor sonido posible en un escenario”.
Cuando no canta, ¿qué otras cosas hace para relajarse?
Me gusta mucho leer; me da mucho placer. Prefiero los libros de historia y las autobiografías, pero me dejo seducir por todo tipo de libros. Es algo variado, como mi misma música. Y también me gusta ver documentales sobre distintos países, aun de gira…
¿Y por las noches?
Bueno, me gusta ir a buenos restaurantes y probar vinos de distintos países. Pero nunca de día y menos antes de un concierto. ¡Siempre después! Recuerdo bien los vinos de Argentina. ¡Estoy ansioso por volverlos a probar! Ahora que lo pienso, yo no canto ninguna canción dedicada al vino. Y eso que conozco unas cuantas… Podría empezar a cantarlas, ¿no te parece?