La efedrina, del financiamiento político al crimen
El 7 de agosto de 2008, Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, tres empresarios que alternaban actividades en el negocio farmacéutico con el tráfico ilegal de efedrina –un precursor químico que se usa en la fabricación de drogas recreativas y también en confección de medicamentos de venta libre y recetada– fueron a una reunión en un supermercado en Sarandí y nunca más fueron vistos con vida. Sus cuerpos aparecieron una semana después en un zanjón de General Rodríguez.
De ese modo se volvió público un negocio ilegal que había explotado durante el gobierno de Néstor Kirchner y cuyas ganancias financiaron en parte la campaña electoral que llevó a Cristina Kirchner a la Presidencia.
A fines de 2012, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes condenó a prisión perpetua por el triple crimen a los hermanos Cristian y Martín Lanatta, como autores materiales y a los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci como partícipes necesarios. En la Justicia está acusado como responsable intelectual del crimen el empresario Ibar Esteban Pérez Corradi, actualmente detenido.
En enero de este año, Víctor Schillaci y los Lanatta se escaparon y fueron recapturados en Santa Fe luego de una persecución de varios días.
El fin de semana pasado, Clarín reveló parte de la declaración de otro de los detenidos, sindicado como Rey de la Efedrina.
Ante la Justicia, Mario Segovia ofreció pruebas sobre la presunta vinculación de Aníbal Fernández, ex ministro y jefe de Gabinete durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, con acusados por la venta y tráfico ilegal de efedrina.