Cartas al país
“Un auto no vale ninguna vida, ni siquiera la vida de un asaltante”
No tengo idea cómo ocurrió. Si el arma estaba en el cantero o tuvo tiempo suficiente de entrar al consultorio, tomar el arma, quitarle el seguro, salir y observar al ladrón luchando con la caja de cambios automática del auto que pretendía robar, apuntar y disparar a matar.
Quienes fuimos asaltados, vejados, heridos o sufrido la muerte de un ser querido sabemos de sobra lo que se siente. Somos más crueles con nuestros sentimientos que lo que sentiría el mismo mal viviente cuando el que mata es él. Un auto no vale una vida, ni siquiera la del asaltante. En pocas horas, el médico es procesado y calificado de homicida simple agravado por portación, etc. La misma duda y rigidez judicial no se genera cuando ocurre a la inversa, por eso, ¿se justifica el debate en la radio, la tele, en los diarios, esta misma nota, mi indignación y las de muchos como yo al escuchar la palabra “asesino”? ¡Causa escalofríos! Discutamos en todo caso cuando se sepa toda la verdad. Ese maldito día, en el conurbano bonaerense, delincuentes asesinaron a otro tipo que no estaba armado, sólo para robarle una moto. La prensa sólo le dedicó pocas líneas. Luego, la Policía tomará la denuncia de rutina y algún fiscal iniciará un expediente que dormirá eternamente y, si no es así, será igual, ya que de ser detenidos algunos progres intelectualoides dirán que sólo es la respuesta a un tipo desarmado que no quiso entregar su moto a un excluido, al que la vida y el resto de los mansos argentinos no le hemos dado las oportunidades que sí tuvo ese médico, que hoy está acusado. Sólo por eso quedará libre para seguir delinquiendo. Que quede claro, no es una defensa a ese profesional que no conozco, pero la Justicia actúa de manera desigual con los que trabajan, con los que no han derrochado su tiempo morando cárceles ni purgando condenas, como lo han hecho estos tipos de veinte y pico que han vivido toda la década ganada procesados, condenados y liberados, desperdiciando las oportunidades que les han brindado nuestros gobernantes. José Russo joseadolforusso@hotmail.com