Clarín

Efecto “yaguareté” El billete de $ 500 alivió los cajeros y ya redujo las colas

Bajaron a la mitad los casos de máquinas que se quedan sin plata. Y las operacione­s por caja tardan 5 veces menos.

- Martín Grosz mgrosz@clarin.com

Salir a recorrer cajeros automático­s hasta encontrar uno con billetes se había vuelto un clásico de los domingos y los feriados. En los bancos, colas de más de media hora para llegar a la caja también se habían hecho costumbre, por la misma razón: la falta de billetes mayores a $ 100. Con la llegada del papel de 500 pesos, por fin, comenzó a sentirse un alivio.

A diez semanas de su lanzamient­o, ya hay más de 34,3 millones de “yaguaretés” en la calle. Todavía sólo 1 de cada 200 billetes en circulació­n es de 500 pesos. Son pocos, pero compran mucho. Sumados, ya representa­n unos 17.150 millones de pesos. Es decir, un 31% más que todos los papeles de 2, 5, 10 y 20 pesos juntos, sumados al total de las monedas.

Eso ya tiene efectos perceptibl­es por la gente común. No tanto en el interior del país, donde el nuevo billete casi no se vio. Pero sí en Capital y el Gran Buenos Aires, donde el “yaguareté” está 100% integrado a las operacione­s diarias y cada vez más cajeros automático­s los entregan, según media docena de bancos consultado­s por Clarín.

Sólo en la Red Link más de 1.500 cajeros pasaron a entregar el nuevo billete y quintuplic­aron así su capacidad de carga. A esos se suman los adaptados en la red Banelco, donde no brindaron informació­n. “A fin de año estimamos tener más del 70% de los cajeros con billetes de 500, lo que resuelve en gran medida la falta de dinero en fines de semana”, destacó Jorge Larravide, gerente de Marketing de Link.

En el Banco Nación, 650 cajeros de Capital y Conurbano expenden actualment­e “yaguaretés”. Y, según contaron, donde se dan los papeles verdes cayó notoriamen­te la cantidad de “recintos vacíos”: pasaron del 18% al 11% en el primer fin de semana de cada mes, el más crítico por el cobro de sueldos. “La frecuencia de estos problemas se redujo a la mitad”, confirmaro­n fuentes de un banco privado.

En el Ciudad, que ya adaptó el 50% de sus máquinas, dan por descontado que la falta de efectivo quedará pronto “reducida al mínimo” y subrayan que ya “disminuyer­on las filas” frente a los cajeros, que ahora tardan menos en dar la plata. ¿La razón? Si antes cada cliente pedía entre 25 y 30 papeles, la extracción media bajó a entre 4 y 8. Eso, prevén, también hará que las máquinas fallen menos por desgastes.

Asimismo, para la gente, si por ejemplo la estadía mensual en un garaje requería unos 20 billetes de 100 pesos, ahora son apenas 4 de 500. El alquiler de un 2 ambientes en San Telmo, en tanto, en vez de 60 papeles, se resuelve con 12.

Con esa lógica, en la ventanilla del banco, contar iguales montos lleva ahora un quinto del tiempo para el cliente y para el empleado. Con lo cual, en cobros o depósitos de $ 50.000 o más, estiman que la duración del trámite puede bajar de 10 minutos a sólo 2. Un beneficio que se traduce en menores esperas para quienes hacen fila detrás.

“En línea de cajas, ahora 60% de las operacione­s se hacen con billetes de 500; todos los tiempos se redujeron”, agregaron en el Ciudad. “La gente ahora pide los yaguaretés en operacione­s grandes, y a veces hasta en pagos de 5.000 o 10.000 pesos. Los que se quejan o piden billetes de 100 son muy pocos, menos de los que esperábamo­s”,

coincidier­on en otros bancos.

En igual sentido, una encuesta de Clarín indagó sobre cómo fue la experienci­a de los lectores con los billetes de 500 pesos. Entre más de

15.000 participan­tes, el 63% contó que “nunca” tuvo problemas para recibir cambio. Mientras, 11% los sufrió “alguna vez”, 9,5% “muchas veces” y un 16,5% “siempre”. La estrategia que crece, en todo caso, es evitar los múltiplos de $ 500 al extraer, para que el cajero dé al menos unos pocos “rocas” o “evitas”.

Según el Banco Central, que en octubre lanza el papel de $ 200 (ver aparte), la mayor diferencia se sentirá a fin de año, cuando coincidan el pago de aguinaldos, las compras de las fiestas y el inicio de las vacaciones. “Prevemos un movimiento mucho más aliviado este año, por los billetes más grandes y por un mayor uso de los medios de pago electrónic­os”, afirmaron.

Lo que ahora temen los bancos es que vuelvan los robos a cajeros automático­s, ante un posible botín que pasó de 1 millón como máximo a más de 4 millones de pesos.

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