Larreta sufre temblores benignos, 10 veces más comunes que el Parkinson
Son hereditarios y afectan al 3% de la población. Los médicos dicen que pueden ser molestos, pero no causan discapacidad.
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, reveló que padece desde chico una afección denominada temblor esencial y descartó padecer Mal de Parkinson, como indicaban rumores que habían comenzado a circular.
“A mí me diagnosticaron a los 5 o 6 años algo que se llama temblor esencial, un mal que afecta a mucha gente, pero que al ser común y casi imperceptible, suele pasar desapercibido”, dijo el funcionario en el programa Animales Sueltos (América). “Sé que hay muchos rumores respecto a eso y que se asoció al mal de Parkinson, pero no tiene absolutamente nada que ver, lo mío es algo neurológico que no requiere tratamiento ni hay posibilidades de que empeore”, aclaró.
El temblor esencial es una predisposición genética a temblar y es muy común. Se estima que su prevalencia es del 3% de la población en gente joven, aunque la incidencia aumenta notablemente con los años. Y se calcula que es diez veces más frecuente que el Parkinson.
“Es un cuadro extremadamente frecuente. Lo único que tiene el paciente es temblor. No hay un conjunto de síntomas”, explica a Clarín el neurólogo Gonzalo Gómez Arévalo, jefe de la unidad de movimientos anormales y clínica de Parkinson del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y que tiene 25 años de experiencia en esta especialidad. “Los pacientes se asustan y muchas veces llegan a la consulta diciendo que tienen Parkinson”, agrega.
“No tiene nada que ver con el Parkinson, ni se transforma en Parkinson. Hay una forma muy fácil de diferenciarlas: el temblor esencial aparece cuando la persona utiliza las manos, ya sea para agarrar un vaso o una lapicera para escribir, y en el Parkinson el temblor aparece cuando no se usan las manos, y va acompañada de rigidez muscular”, explica José Antonio Bueri, jefe del servicio de neurología del Hospital Austral.
El temblor esencial podría identificarse con lo que llamamos “mal pulso”. “Ese es el grado más leve”, aclara Gómez Arévalo. Se localiza frecuentemente en las manos, cabeza y cuerdas vocales. Y se produce habitualmente en personas que presentan un umbral bajo para temblar. Se puede disparar por una situación de miedo, frío extremo o adrenalina. Pero hay personas que tienen un umbral aún más bajo, y que el temblor se desata solo.
El nombre clínico de la afección es “temblor esencial familiar benigno” y es hereditario. “Más del 50% de los pacientes tiene antecedentes familiares. Y es benigna porque no afecta la capacidad de las personas”, aclara Gómez Arévalo. “Con el transcurso de los años se van exacerbando los síntomas y puede ser más molesta, pero raramente requiere tratamiento”, añade.
“En general los pacientes llegan a la consulta cuando el temblor les afecta ciertas funciones, como agarrar una taza, o dificulta la escritura. También porque se hace visible y tienen miedo a que alguien piense que tienen Parkinson. En esos casos hay tratamientos con medicación oral que disminuyen el temblor”, aclara Bueri.