“La gente quiere respuestas porque nos están matando”
Lo dicen los impulsores de la primera marcha que hubo en Rosario. Ambos perdieron a familiares en robos.
Celeste Figueroa no le da muchas vueltas al asunto. “Te digo la verdad: si esto no cambia siento que nos van a matar a todos”. Tiene 31 años, una hija y un dolor que no cesa: a su papá, Rubén Figueroa (56), lo asesinaron en un robo el 25 de noviembre. El miedo la paralizó después de perderlo. Pero las cosas cambiaron en las últimas semanas y ella se convirtió en una de las impulsoras de “Rosario Sangra”.
“Nunca hice una marcha por mi papá. El 25 de agosto fue la primera vez. Teníamos miedo a que tomaran represalias, estábamos sin fuerzas. Pero era momento de decir basta. Es lamentable lo que se vive en Rosario”, explica.
Martín Brandán dice que nunca tuvo miedo. Pero reconoce que “el dolor te supera cada día”. Su her- mano, Mauricio (32), murió en un robo a su negocio, el 26 de septiembre. “Si te quedás llorando atrás de una puerta, tu causa se archiva. Con la marcha sentí que pasó lo mismo: pensaban que íbamos a ir cuatro locos y no, la gente está saliendo. Quieren respuestas porque nos están matando”, se lamenta.
Celeste cuenta que la causa de su papá está “en la nada”. Durante la investigación se encontró con una encrucijada: su madre debía ir a reconocer a un menor que podía estar involucrado. Pero decidieron no hacerlo. “Si entra por una puerta y sale por la otra, ¿para qué lo quiero reconocer? ¿Para que nos mate a otro?”, se plantearon. Pero algo cambió. “Perdí el miedo. Decidí hablar”, advierte.
“Falta él y se nota día a día. Y vivís con ese dolor que no te lo quita nadie. Mi familia está destruida, mi mamá no despega. Es triste. Pero no tengo tiempo de pensar en el miedo”, plantea Martín.
Celeste ahora no se siente tan sola. “La primera marcha me dio fuerza y energía. Vi que la gente dijo basta y que no éramos nosotros solos, los familiares de víctimas”, explica. Miles volvieron a acompañarlos anoche.