Clarín

Detrás del bono de fin de año

- rroa@clarin.com Ricardo Roa

Qué está claro? Que el Gobierno quiere evitar un paro de la CGT y un fin de año movido y que usará la billetera para eximir de Ganancias el medio aguinaldo pero hasta ahí nomás.

También está bastante claro que habrá un bono para jubilados y una ayuda a los que menos ganan y que no pagan Ganancias. Pero lo que directamen­te no está es la suma fija para estatales: nadie en el Gobierno analiza esa propuesta.

El Gobierno abrió expectativ­as por todos lados. Si fue una estrategia no fue una buena estrategia: quedó preso de las promesas o de las media promesas que le hizo a la CGT o que la CGT dijo que le había hecho. También de cosas que ventilaron varios de los ministros que recibieron a los gremialist­as sin tener ninguna resuelta.

Esta vez no hay que echarle la culpa a Marcos Peña que se encarga de la comunicaci­ón y de la incomunica­ción del Gobierno salvo la que le toca por ser el jefe de los ministros. Más culpa tiene Prat-Gay que confirmó el pago de un bono aunque él dice que quiso decir que era un bono limitado a planes sociales.

El macrismo intenta un juego de equilibrio parecido al de febrero cuando subió el mínimo no imponible a $ 30.000 y aumentó y amplió las asignacion­es familiares buscando cubrir un poco arriba y algo más abajo. Los 50.000 millones que costó Ganancias los compartió con las provincias y puso de su propia caja los 15.000 millones para el salario familiar. La factura de Ganancias ahora será mucho menor. Pero una suma fija a los estatales sería imposi- ble de bancar para las provincias.

¿Y que está claro en la CGT? Que el sector de más peso busca un acuerdo con la misma decisión con que Pablo Moyano busca un paro. Moyano hijo juega simultánea­s: fuera de la CGT aprieta a Coca Cola para robarle afiliados a Aguas Gaseosas. Otro dirigente al que le agarró un ataque

de combativid­ad es el bancario Palazzo. Se dice radical, se retiró del congreso de la CGT porque no lo subieron a la cúpula y tiene de jefe a Leopoldo Moreau, que se dice radical y es kirchneris­ta.

Por las mismas razones de haber sido excluido, el taxista Viviani dice hoy que la CGT le está haciendo el juego a la CTA. O sea, que son blandos. El sindicalis­mo da para todo o da para casi todo.

También Micheli de la CTA antikirchn­erista se ha vuelto kirchneris­ta. Por nece

sidad antes que por convicción. Perdió en ATE nacional y perdió en su propio gremio ATE Capital: terminó abrazándos­e a Yasky, su archirriva­l de la CTA cristinist­a.

Habrá más de estas pulseadas por el poder mezcladas con las pulseadas por el salario. Y todavía faltan tres largos meses para llegar a fin de año.

En el Gobierno y en la CGT se empujan y aflojan por la plata y también por un fin de año tranquilo

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina