El vice de Trump sale airoso del debate con su rival demócrata
Una encuesta dio ganador al republicano Mike Pence, en un duelo picante ante el demócrata Tim Kaine.
En una elección electrizante, había una inusual expectativa por el debate entre los candidatos a vicepresidente de los EE.UU. Sobre todo para la enorme responsabilidad que le tocaba afrontar a Mike Pence, el compañero de fórmula de Donald Trump, el aspirante que viene de una de las semanas más nefastas de su campaña. No solo el gobernador de Indiana logró soportar los furiosos embates de su oponente, el senador Tim Kaine, sino que con un tono gentil y moderado defendió con cintura alguna de las barbaridades que ha dicho el magnate. En ese sentido puede decirse que el republicano fue el ganador del debate: Trump hoy respira, aunque eso no significa que el triunfo de su vice vaya a tener un impacto significativo en las encuestas.
En el único debate vicepresidencial, en la Universidad de Longwood, Virginia, una encuesta rápida de la CNN dio por ganador anoche a Pence por 48% a 42%. Además, al 67% lo sorprendió el desempeño del aspirante republicano y un 58% aseguró que defendió a su candidato mejor que Kaine. Los principales diarios también consignaban que Pence había tenido un mejor desempeño.
Ningún otro debate vicepresidencial había concitado tanta atención aquí, salvo el de la inefa
ble Sarah Palin con Joe Biden, en 2008, en el que ella –contra todo pronóstico— quedó bastante a salvo del experimentado senador, cuando todo el mundo vaticinaba que resultaría despedazada ante las cámaras. Se esperaba que Kaine, el compañero de Hillary Clinton, acorralara a Pence ante las cámaras por los dichos de Trump sobre los inmigrantes, las mujeres, su pelea con una ex Miss Universo a la que llamó “cerda”, su apoyo a Vladimir Putin, la declaración de impuestos que se niega a mostrar y los gravámenes que evitó pagar. Pero el demócrata estuvo ner
vioso, sobre todo al comienzo, y se sabe que en los debates importan mucho los tonos y las formas: falló en interrumpir constantemente a Pence y, a pesar de que tuvieron buenos intercambios, el republicano pudo sortear los aprietes con estilo y prestancia.
Por ejemplo, Kaine le marcó que Trump había dicho que los mexicanos en Estados Unidos eran “violadores” y “narcotraficantes”, algo más que indefendible. Pence simplemente le dijo: “El no es un político experimentado como usted, o como Hillary Clinton”. Más tarde, Kaine señaló que Trump revelaba allí su verdadero carácter porque “con esas palabras, él está mostrando cómo es realmente”. Y Pence dijo: “Senador, usted está sacando otra vez esa cosa mexicana ...” Cuando Kaine le echó en cara que el magnate había evitado pagar –aunque legalmente— impuestos federales por 18 años amparándose en una quiebra, Pence dio primero varias vueltas pero luego dijo: “Es empresario, no es un político” y que “utilizó el régimen fiscal de la manera en que se supone que se usa, y lo hizo con brillantez”. Cuando Kaine volvió sobre el tema, el republicano le espetó: “¿Usted no deduce impuestos?”.
Kaine, sin embargo, tuvo algunas buenas frases. Dijo, por ejemplo, que tenía un hijo marine y que estaba “aterrorizado” con la idea de que Trump fuera comandante en
jefe, como todo Estados Unidos, a lo que Pence replicó que gracias a la ex secretaria de Estado y a Barack Obama el mundo está “fuera de control”. Con el correr de los 90 minutos que duró el encuentro, Kaine se fue relajando y creció.
Al final se cruzaron sobre el tema del aborto. Pence, cristiano ultraconservador, criticó la defensa demócrata de ese derecho instalado en Estados Unidos desde 1973. Kaine, que es un católico devoto, dijo que él personalmente estaba en contra del aborto, pero a favor del derecho a elegir: “¿ Por qué Trump no cree que las mujeres pueden tomar por sí mismas su decisión?”, dijo. Y, con habilidad, elevó el tema: “¿Por qué Trump no cree en las mujeres?”.
Tras el primer debate de Trump y Hillary el 26 de septiembre, pero sobre todo por haber quedado empantanado luego en un viejo debate con una ex Miss Universo y surgir revelaciones sobre sus impuestos, el magnate cayó en las encuestas. Hillary le lleva unos 5 puntos de ventaja a nivel nacional y tiene la delantera en varios de los estados clave. Es probable que el debate del martes no tenga un impacto enorme en las encuestas, pero puede ayudar a frenar el declive del republicano. Pence no fue brillante ni demolió a Kaine, pero le alcanzó con hacer un buen papel y defender o esquivar las críticas contra su compañero. Se tocaron más temas sustanciales que en el debate pasado y Pence se mostró claramente más preparado y concreto en sus respuestas de lo que estuvo Trump la semana pasada.