Inesperada muerte de un joven mendocino que se desvaneció en un maratón
Darío tenía 34 años y corría habitualmente. Creen que sufrió una falla multiorgánica por deshidratación.
Darío Otazúa (34) había empezado a entrenar hace dos años. Corría habitualmente y llevaba varios meses preparándose para el maratón de Viña del Mar. El domingo se anotó en la categoría 10K (10 kilómetros) e inició la carrera, como tantas otras veces. Pero a mitad de camino, se descompensó. Fue trasladado a un hospital. Estuvo tres días en terapia intensiva y ayer a la madrugada murió. “Sufrió una falla orgánica generalizada por deshidratación”, contó su esposa, Daniela García (35). El martes debieron realizarle diálisis por complicaciones renales y hepáticas, que fueron irreparables.
Darío y Daniela llevaban 5 años como pareja, y dos años de casados. Él trabajaba en el Banco Macro de la ciudad de Mendoza y ella, como administrativa en la Facultad
de Periodismo de la Universidad Maza. No tenían hijos y solían compartir las salidas a las competencias. Viajaron el fin de semana pasado en su auto particular a Viña del Mar, a 400 kilómetros de la capital mendocina. Se alojaron en el departamento de una amiga.
En la competencia de nivel internacional, participaron más de 10 mil personas. El maratón recorre las costas de la región central de Chile: Viña, Valparaíso y Concón. El circuito estaba dividido en tres etapas de 42K, 21K y 10K.
“Era una carrera más para nosotros, no entiendo mucho, solo sé que en el kilómetro seis se descom
pensó, cayó al suelo. Dicen que estuvo un poco mareado”, explicó su esposa. Ella no lo vio caer porque lo esperaba en la línea de llegada. Aún no se conoce el resultado de la autopsia porque la familia no autorizó a las autoridades del hospital Gustavo Fricke, de Valparaíso, a difundir el parte médico.
Daniela contó que su marido entrenaba casi todos los días con un equipo de maratonistas de Mendoza y hace poco más de un mes se había hecho los estudios médicos de rutina: electrocardiograma, ergometría y análisis de sangre, como cada seis meses. “Era muy responsable con su salud”, destacó.
Otros competidores mendocinos que entrenan con Darío contaron que era un deportista experimenta
do, que realizaba sus prácticas con regularidad y que había corrido varias maratones en Argentina. Allegados a la familia contaron que antes de correr, Darío bebió un energizante y que en un primer diagnóstico, se creyó que el sobreesfuerzo le había provocado un infarto. Pero el daño fue multiorgánico y el diagnóstico que recibió la esposa fue “por deshidratación”.
Darío era hijo único. Sus padres viajaron a Chile apenas supieron la gravedad de su salud. Sus amigos y compañeros del banco coordinaron una cadena de asistencia económica para cubrir el costo de la internación en Valparaíso, a pesar de que Darío había contratado un seguro de asistencia al viajero. Su familia recibió además el apoyo del consulado argentino en Viña, del Ministerio de Salud de Mendoza, el Banco Macro y La Bancaria.
En el banco lo recuerdan como excelente compañero. Trabajaba en una sección central y tenía relación con todas las sucursales. “No fumaba, le encantaba viajar, disfrutar con su mujer. Su objetivo no era ganar, sino superarse en cada competencia”, contó Erica, una de sus compañeras.