Clarín

Carla Conte La que devolvió alegría a la pista

La campeona de 2006 volvió al concurso de “ShowMatch” después de haberlo criticado. Logró imponer su buena onda, y cuenta cómo lo hizo.

- Sandra Commisso scommisso@clarin.com

Volver al ruedo televisivo después de haber dado un portazo no suele ser sencillo. En general, el medio no lo perdona. Pero Carla Conte tiene el carisma suficiente como para retornar y salir, por ahora, indemne. La conductora regresó a la pista de ShowMatch (El Trece) diez años después de consagrars­e como campeona del Bailando y luego de hacer públicas algunas críticas por el rol de la mujer en el programa de Marcelo Tinelli. Ahora, es ella el blanco por estar de nuevo en el ciclo. Carla se defiende. “Entonces dije lo que pensaba. Y ahora volví porque siento que el programa es otro, y yo también”. Conte llegó con buena energía, con su sonrisa inalterabl­e de siempre, y le dio buenos resultados: la recibieron con los brazos abiertos.

¿Te sorprendió el recibimien­to?

El otro día casi salgo con palo santo a la pista. Por las dudas, lo tengo en la cartera. Cualquier estudio de televisión maneja energías raras, pero

me llamó la atención que después de bailar llegué a casa, cociné, bañé a los chicos y estaba lo más bien. Yo creo que vino una de amor y ahora en cualquier momento puede venir el sopapo. Pero está bien, porque el cariño de entrada era necesario. Creo que cuando una sabe que no tiene chance de desmayarse, al llegar a casa lo hacés. Y mi marido, además, me banca. De la única manera que uno puede soportar semejante exposición es cuando tenés energía para hacerlo. Por eso volví; sentí que ahora sí me la podía bancar. Yo siempre fui muy bocona, nunca fui de filtrar mucho lo que pienso y con la maternidad se me sumó algo fuerte. Por eso en su momento me corrí, no estaba fluyendo bien. Y de un tiempo a esta parte volví a tener mi humor, no sólo puertas adentro, sino también para el afuera.

¿La exposición te sacó el humor?

Como siempre laburé de mí misma, creo que es un problema eso. No me armé ningún personaje. Siempre fui real y cuando eso es avasallado por un cambio gigantesco en la vida como la maternidad, se vuelve descontrol­ado. No lo pude manejar de manera políticame­nte correcta o como se suponía que debía ser para la tele o los medios.

¿Dudaste mucho en volver?

Necesitaba reparar esa relación de tantos años de laburo con la productora donde la pasé genial. Ellos lo entendiero­n así. Se me movieron muchas cosas emocionale­s. Siempre dije que el Bailando no es compatible con ser madre. No se puede rendir en las dos cosas.

¿Lo seguís pensando?

Confirmo que sí. Es una locura. Lo que pasa es que yo llegué en estas instancias finales y es menos tiempo, como pasar un rato y ver qué pasa. Si en marzo me lo proponen quiero que me recuerdes que no haga semejante locura. Ensayo tres horas por día y te vuelve un poco loca organizar la logística de los horarios, pero es parte del juego.

¿Cuál es el cambio que te llevó a tener otra opinión?

Creo que el lugar de la mujer cambió un montón y lo digo en general. Hay más conciencia a partir del tema de la violencia de género. Y muchos asumieron la responsabi­lidad que tienen los medios con respecto a eso. En una ínfima parte me siento un poquito responsabl­e de eso y me gusta. Está bueno porque era algo de lo que no se hablaba. A mí me trajo un montón de quilombos, me criticaron y me hice cargo de las consecuenc­ias. En su momento lo hablé con los productore­s, Fede Hoppe y Chato Prada, y me recibieron muy bien, lo mismo que Marcelo Tinelli.

¿Qué pensás de lo que pasa ahora entre el jurado, con episodios como el de Pampita y Marcelo Polino, por ejemplo?

Nunca es leve transitar por ahí. No me gustó mucho la situación, sentí que todos le daban a Pampita y para mí ella es medio intocable por toda la historia que le tocó vivir.

¿Es difícil congeniar ciertas situacione­s con un show tan mediático?

Desconozco las internas entre ellos, pero creo que llegar hasta cierto punto es innecesari­o. El resto es para el show y está bien. Lo que pasa es que los límites de lo que es el show se van borroneand­o.

El último año tuviste una faceta como panelista en varios programas, ¿cómo fue esa experienci­a?

El panelismo me costó un montón, es difícil hacer la pregunta correcta en el momento justo, ser fresca, graciosa. Tampoco me quería meter en el tema político, eso lo dejo para mi faceta privada. Tengo muchas ganas de conducir, me gusta mucho. Yo laburaba un montón y ahora volví con muchas ganas.

Sus hijos están presentes en toda la charla. Mora tiene 7 años y Facundo, dos. La nena nació en su casa y el nene, en una clínica. “Ambos fueron partos respetados, que quiere decir que te pregunten y que sepas y no que sea todo decidido unilateral­mente por los médicos. No es algo hippie raro”. Y aclara: “También quería volver a trabajar para poder decirles a mis hijos, “soy feliz trabajando” y necesito volver para no echarles un peso a ellos de “dejé todo por ustedes”. Y lo estoy disfrutand­o”.

 ?? EMANUEL FERNANDEZ ?? A pura sonrisa. “Nunca fui de filtrar mucho lo que pienso”, admitió Carla, anoche, mientras se preparaba para bailar.
EMANUEL FERNANDEZ A pura sonrisa. “Nunca fui de filtrar mucho lo que pienso”, admitió Carla, anoche, mientras se preparaba para bailar.

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