Durísimo choque diplomático entre Israel y la Unesco
El organismo aprobó una resolución que desvincula al judaísmo con el Monte del Templo en Jerusalén.
Israel suspendió ayer su colaboración con la Unesco, luego de que la agencia cultural de la ONU aprobara un proyecto de resolución que desvincula al judaísmo de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Para el gobierno israelí, esta decisión niega las profundas conexiones históricas de los judíos con lugares sagrados.
El Consejo Ejecutivo de Unesco, compuesto por 58 países, aprobó el proyecto con 24 votos a favor y seis en contra, pero 26 países se abstuvieron, entre ellos Argentina (que antes votaba a favor), y dos estuvieron ausentes. En contra votaron EE.UU., Reino Unido, Alemania, Holanda, Lituania y Estonia. El texto había sido propuesto por la Autoridad Palestina, apoyada por Egipto, Argelia, Marruecos, Líbano, Omán, Qatar y Sudán
Las conflictivas relaciones entre Israel y la Unesco han tocado de nuevo fondo, tras la aprobación el jueves en París de esta resolución celebrada por los árabes, que desvincula la Explanada de las Mezquitas –llamada por los judíos Monte del Templo– con el judaísmo, pese a que allí se erige el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado para los judíos.
Aunque el documento, titulado “Palestina ocupada”, destaca la importancia de la Ciudad Vieja de Jerusalén para las tres religiones monoteístas, hace referencia a la explanada solo con la terminología árabe (Mezquita de Al Aqsa-Noble Santuario), resalta que es un lugar de culto musulmán y condena con dureza las intervenciones israelíes en esta y su entorno.
“Tras la vergonzosa decisión de los miembros de la Unesco de negar la historia e ignorar miles de años de lazos judíos con Jerusalén y el Monte del Templo, he notificado a la Comisión Nacional de Israel para la Unesco que suspenda todas las actividades profesionales en la organización internacional”, anunció ayer el ministro de Cultura israelí, Naftali Benet. A su entender, la resolución “supone un apoyo inmediato al terrorismo islamista” que podría “inspirar y legitimar” a “los terroristas de mañana”.
“Los que recompensan a los que apoyan la yihad en Jerusalén, la misma semana en que dos israelíes fueron asesinados, pueden ser la próxima víctima”, advirtió Benet, que pidió al mundo que se oponga “abiertamente y en voz alta” a la resolución e instó a la Unesco a que “ponga fin a este fiasco y deje de negar la historia antes de que su reputación quede empañada y su profesionalidad sea olvidada”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó la decisión de “teatro del absurdo” y señaló que “obviamente”, ninguno de los que votó a favor “ha leído la Biblia”.
La Liga Árabe, a su vez, dio la bienvenida a la resolución- “Una resolución histórica que representa los derechos palestinos y árabes”, dijo el funcionario Said Abu Ali.
Dado lo delicado del lugar y para evitar altercados, Israel no permite el rezo judío en el interior de la Explanada (gestionada por Jordania), situada en plena Ciudad Vieja de Jerusalén Este, que fue ocupada por los israelíes en la Guerra de los seis días, de 1967.
Tras el malestar generado en Israel, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, difundió un comunicado en el que reitera que Jerusalén es sagrada para las tres religiones monoteístas. “El patrimonio de Jerusalén es indivisible y cada una de sus comunidades tiene derecho a un reconocimiento explícito de su historia y relación con la ciudad. Negar, ocultar o borrar cualquiera de las tradiciones judía, cristiana o musulmana mina la integridad del lugar”, advirtió.