“Es una persona desafiante y altanera, nunca me quitó los ojos de encima”
Así definió la fiscal que investiga el crimen de Lucía Pérez a uno de los acusados. Buscan a un tercer sospechoso.
Cuando se refiere a los hombres imputados por la violación y el asesinato de su hija Lucía, Guillermo Pérez habla de “los animales” y Marta Montero, la mamá de la adolescente, los llama “esos malditos”. La fiscal María Isabel Sánchez los tuvo y, aunque se negaron a declarar por consejo de sus abogados, contó la impresión que le causó cada uno de ellos. A Matías Farías (23) lo definió como “un chico que aparenta ser común y silvestre, de menor edad de la que tiene” y que, a su modo de ver, “parece como estar ocultando algo, como con ganas de hablar y no animarse”. Su visión sobre Juan Pablo Offidani (41) fue diferente: “Es una persona desafiante, altanera, soberbia. Nunca me quitó los ojos de encima”, contó la funcionaria.
Ambos acusados están alojados en la Unidad Penal 44 de Batán, mientras la fiscal apunta a un tercer hombre vinculado al brutal homicidio. Ayer pidió al detención de un sospechoso, un allegado a Offidani que –según los investigadores– pudo haber participado en el encubrimiento del asesinato. “Hay un pedido de captura sobre este sujeto, que no habría participado en el acto de sometimiento y de la muerte de la menor, sino que habría ayudado a borrar los rastros del delito”, dijo Sánchez. En su casa tenía un invernadero donde cultivaba marihuana.
Lucía Pérez, de 16 años, fue drogada, violada y empalada en la casa de Racedo al 4800, de Matías Farías, en la mañana del sábado. Según los investigadores, los acusados la lavaron, la vistieron y la llevaron a un centro de salud municipal en Playa Serena, donde ingresó muerta. Pretendieron hacerle creer a los médicos que había sufrido una sobredosis de cocaína. La autopsia reveló que había sido víctima de un feroz ataque sexual.
El Observatorio de Violencia de Género (OVG) de la Defensoría del Pueblo bonaerense reclamó ayer que el caso sea investigado como femicidio y pidió que los organismos dependientes del Estado garanticen el acompañamiento efectivo a los familiares. Fuentes del caso confiaron que la fiscal analiza cambiar la caratula de la causa, que hasta el momento figura como “abuso sexual seguido de muerte”.
El resultado de los primeros peritajes toxicológicos podrían conocerse recién la semana próxi- ma. Luego habrá que esperar el análisis de las muestras de ADN para establecer el grado de participación de los detenidos. En la casa de Farías la Policía halló restos de piel, saliva y manchas de sangre en un colchón, en las sábanas y en las frazadas de la cama donde se cree fue abusada la joven, además tres preservativos usados.
Para los investigadores, los acusados del crimen la contactaron a Lucía a través de una compañera de la escuela. Los papás de la víctima la acusan de ser la “entregadora”, pero la fiscal aclaró que la joven no está imputada en los hechos porque “fue utilizada como un instrumento inocente”.