Los cafés porteños tienen su festejo en las redes sociales
Cinco bares notables ofrecen como premio una cena a la foto que mejor retrate la historia de cada lugar.
El rito del café en el bar de la esquina, en la mesa pegada a la ventana o en la barra donde los diarios del día se ojean entre medialunas, está tan impregnado en el universo porteño como el aroma de sus granos que, molidos al momento, llegan al cliente servidos en pocillo. “O en vaso de vidrio como nos piden los más antiguos”, aporta Franco Gimé-
nez, mozo en La Flor de Barracas, uno de los cientos de cafés que ayer festejaron su día.
La fecha se eligió en conmemoración al 26 de octubre de 1894, cuando quedó oficialmente inaugurada la entrada de Avenida de Mayo 825 al Café Tortoni, y el objetivo es homenajear a cada rincón de la Ciudad, notable o no, donde cortado en mano el tiempo pasa
distinto. Este año se ofrecieron una serie de espectáculos en bares de Recoleta, Monserrat, San Nicolás, Palermo y Barracas. “El local estaba completo, fue un show de tango que tiene que ver con la impronta del bar y a modo de festejo el servicio fue con petit fours”, contó el mozo de la esquina de Suárez al 2000, donde la mayoría de los clientes piden el café negro.
Otra manera de festejar el Día de los cafés porteños, y más acorde a los tiempos que corren, fue a través de la redes sociales. En este caso, el homenaje viene con premio. El grupo cultural Los Notables, formado por el Bar El Federal, Café Margot, Bar de Cao, Celta Bar y Café La Poesía, todos ellos reconocidos como patrimonio cultural de la Ciudad y espacios emblemáticos dentro de sus barrios, lanzaron un concurso en las redes sociales por una cena para dos personas. ¿La consigna? Subir una foto de alguno de estos cinco cafés al Facebook Los Notables, o a Twitter o Instagram con el hashtag #MiNotableFavorito. Se va a elegir el retrato más original de cada espacio y los ganadores serán premiados con una salida gastronómica.
“Para la elección de la foto se va a poner la mirada en el recupero que la imagen hace del lugar y de
su historia, no en la perfección técnica”, dicen desde Los Notables. Y ofrecen una ayuda: “En El Federal hay unas palitas de acero con mango de madera que se usaban cuando se vendía al peso. Están un poco es-
condidas, si alguien las ve y las retrata es porque verdaderamente exploró el lugar”.
Desde 1998, cuando se creó la “Comisión de protección y promoción de los cafés, bares, billares y confiterías notables” hasta la fecha, los locales que integran la nómina de Cafés Notables se acercan al centenar y están dispersos por toda la Ciudad, desde Pompeya hasta Belgrano y de Retiro a Mataderos. Son tan distintos entre sí, como idénticos en las características que el Gobierno porteño tiene en cuenta para destacarlos: antigüedad, arquitectura o relevan
cia local, quizás, la causa de mayor peso para convertirse en un espacio patrimonial.
“A mí me parece que todos los cafés son notables y que cada persona tiene el suyo. Son lugares mágicos, preservados de la idiotez: la gente habla de verdad en los cafés. Aunque uno llegue solo, nunca se siente solo. El café es un lugar en el que se puede escribir: el ruido
no perturba, acompaña”. La frase es de la escritora Liliana Heker, durante la charla que inauguró la semana de festejos y que se ofreció en el Café La Poesía, uno de los primeros en ser retratado por los que ya se sumaron al concurso.