Tres gobiernos ignoran la niebla del Riachuelo
Turbio fondeadero donde van a recalar/ barcos que en el muelle para siempre han de quedar/Sombras que se alargan en la noche del dolor.../ Náufragos del mundo que han perdido el corazón.../Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar/Barcos carboneros que jamás han de zarpar.../Torvo cementerio de las naves que al morir/Sueñan, sin embargo, que hacia el mar han de partir.../ Niebla del Riachuelo/Amarrado al recuerdo/Yo sigo esperando… Anclas que ya nunca, nunca más han de levar/Bordes de lanchones sin amarras que soltar…/Triste caravana sin destino ni ilusión…” (Fragmento de “Niebla de Riachuelo”, tango,letra de Enrique Cadícamo, música de Juan Carlos Cobián, 1937)
En el magnífico libro “Cien tangos fundamentales”, sus autores, Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, testimonian que Enrique Cadícamo les contó que hicieron en apenas
24 horas el tango del encabezado de hoy a pedido del director de cine Luis Saslavsky, quien estaba rodando la película “La fuga”, estrenada el 28 de junio de 1937. Lo cantó Tita Merello, en ese estilo canyengue, sensual y provocador tan suyo, en el marco de una historia de intriga policial.
Casi 70 años después, el Riachuelo sigue siendo una intriga nacional, una letanía molesta que descorre el velo de un silencioso fracaso y deja a la intemperie la desidia y el abandono progresivo de la zona ribereña, anclada en el atraso y la pobreza. De la laboriosidad inmigrante que alguna vez conoció esos bordes, y que fuera reflejada en los cuadros de Quinquela, nada queda. Salvo la desolación.
En confianza, ya ni siquiera conservamos a la diva del tango reo, muerta en una Noche
mala de diciembre de 2002. En los márgenes de la cuenca del Matanza-Riachuelo, a lo largo de 64 kilómetros, viven 3,5 millones de
personas, un sector en Capital y el resto en once municipios bonaerenses.
Clarín informó días pasados que a pesar de un fallo de la Corte Suprema de 2008, que ordenó su saneamiento definitivo ante el cuadro de calamidad ambiental e indignas condiciones de vida de los moradores más cercanos, sólo se cumplió un 20% de
la tarea. Hay 17.771 familias a relocalizar en toda la cuenca: sólo un 10% de ellas recibió alguna mejora socioambiental. Desde 2008 transcurrieron en la Nación 7 años de Cristina Kirchner y uno de Macri; en Provincia 7 de Scioli y uno de Vidal; en la Ciudad, 7 de Macri y uno de Rodríguez Larreta. El Acumar (Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo) organismo que todos ellos han representado y representan, admitió haber gastado US$ 5.200 millones de dólares. Si los tres gobiernos en los que reside la mayor población del país desoyen a la Corte, habrá Niebla en el Riachuelo por mucho tiempo más. Pese a los pececitos de colores del camporista Cabandié y los mil días menemistas de María Julia, seguimos esperando esas “anclas que ya nunca más han de levar”, mientras los pobladores pobres cada vez más pobres son “una triste caravana sin destino ni ilusión”.