Clarín

Los diputados de Cambiemos culpan al Ejecutivo por el traspié

CREEN QUE FUE UN ERROR INCLUIR GANANCIAS EN LAS SESIONES EXTRAORDIN­ARIAS

- Guido Braslavsky gbraslavsk­y@clarin.com

“O la Casa Rosada no quería ley (de Ganancias) o creía que íbamos a hipnotizar al FpV o al massismo para que vote el proyecto nuestro”, confesó un encumbrado legislador oficialist­a el día después de la dura derrota en Diputados. Hubo ayer un discurso público alineado con el Presidente: la irresponsa­bilidad de la oposición, el peronismo que se junta para conmo- cionar la gobernabil­idad, el costo fiscal del proyecto. Pero en off the record, mientras lamían sus heridas, en Cambiemos trataban de entender por qué la Casa Rosada les “ató las manos” e impidió cualquier acuerdo.

Sergio Massa contó en privado que en la tarde del martes, cuando la oposición tenía ya abrochado su proyecto, le ofreció negociar un dictamen único a Cambiemos. Con Graciela Camaño, Massa visitó al titular de la Cámara, el macrista Emilio Monzó. También hablaron con el jefe del interbloqu­e oficialist­a, el radical Mario Negri. En el oficialism­o ratificaro­n todos esos contactos. “Hubo reuniones, mensajes permanenes. Hasta Kicillof estaba dispuesto a conversar. Podíamos mejorar nuestro proyecto, queríamos que hubiera ley”, enfatizaro­n las fuentes a Clarín.

“Hay gato encerrado, ¡cómo nos van a entregar así! Si tenés 86 votos no podés mandar a los muchachos cuando necesitás 129. Alguien se su- bió al pony y nos cagaron a cachetazos”, se quejaban con amargura. Massistas, pero también radicales, confiaron que todo acercamien­to se frustraba al llegar al macrista Luciano Laspina -habitual negociador- “quien recibía instruccio­nes telefónica­s” del jefe de Gabinete, Marcos Peña.

¿Hubo “mala praxis” previa a la noche negra de Cambiemos? Negri, de larga experienci­a, había pedido a la Rosada no enviar el proyecto después de que Massa presentó el suyo. “Que la ‘Ferrari’ de Massa (por el costo fiscal) se hubiera quedado dando vueltas sola”, comentó después.

Otro punto es que el Ejecutivo puso Ganancias en extraordin­arias. Aunque era su compromiso, muchos se preguntaba­n cómo es que agendó un tema -atribución exclusiva del Gobierno fuera del período ordinarioq­ue terminó en derrota. La estrategia del apoyo decisivo de los goberna- dores opositores no funcionó. Santiagueñ­os, misioneros, a los que contaban, votaron el proyecto opositor o estuvieron ausentes. Pese al respaldo del gobernador Juan Schiaretti, salvo Blanca Rossi, los otros 5 “cordobeses” del bloque aliado a Massa no sacaron los pies del plato. “Marcos Peña viajó a Córdoba a ver a Schiaretti, ¿no sabe que los diputados responden a De la Sota?”, decían cerca de Massa.

Los radicales pretenden que no haya más sesiones este año. Quieren que “dure un tiempo” el efecto de la foto que creen que lastima a Massa, votando junto al kirchneris­mo. “¡Mirá si va a venir a pedir votar ART con nosotros la semana que viene!”, se oyó comentar a Negri. Habrá que ver si prende la idea, porque esa reforma para bajar la litigiosid­ad laboral, que debe pasar por el Senado, interesa mucho al Gobierno.

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