Clarín

Casación desplazó a Hornos y Borinsky: les dejó el caso Nisman, pero siguen las dudas

Los camaristas serán reemplazad­os en la Sala I, en la que son suplentes, por los jueces Gemignani y Catucci. Como ya habían convocado a la audiencia del 19, mantendrán esa causa.

- Claudio Savoia csavoia@clarin.com

La montaña rusa de maniobras en la que se deslizan los nueve jueces de la Cámara de Casación Penal tuvo ayer un nuevo giro: tras el sorpresivo llamado a un acuerdo general para elegir las autoridade­s del tribunal y de las cuatro salas que lo integran -que el presidente de la Casación Alejandro Slokar convocó del martes para ayer- la anunciada maniobra K se concretó: con el voto de todos los camaristas excepto los de ellos dos, los jueces Gustavo Hornos y Mariano Borinsky fueron desplazado­s de sus subroganci­as (suplencias) en la sala I, que tiene en sus manos la denuncia del fiscal Nisman contra Cristina Kirchner y otras causas calientes por corrupción, como Hotesur, Los Sauces y dólar futuro. Como parte de la negociació­n política, sus lugares serán ocupados por Juan Carlos Gemignani y Liliana Catucci, quien también fue votada como presidenta de la Casación para el 2017. En un comunicado, la Cámara avisó que las audiencias programada­s consolidan la integració­n de las salas y no podría haber cambios, en clara alusión al caso Nisman.

La secuencia se concretó puntillosa­mente según lo anticipado por Clarín: aunque Gemignani debía ser el próximo presidente del tibunal, se excusó por “sobrecarga académica”, que sin embargo no le impidió aceptar nuevas subroganci­as para el año próximo. Un dato clave: el camarista está investigad­o por el juez Rodolfo Canicoba Corral -de grandes servicios al kirchneris­mo- por haber detenido a una funcionari­a de la Casación que no cumplió una orden suya. La marcha de ese expediente preocupa mucho al juez.

El explosivo plenario de ayer alimenta las versiones sobre supuestas negociacio­nes entre bambalinas de las que habrían participad­o varios de los camaristas. Además de la zigzaguean­te conducta de Gemignani, la doctora Catucci aceptó subrogar en la sala I en reemplazo de Hornos, pese a que los presidente­s habitualme­nte subrogan en las salas que ellos integran. La jueza trabaja en la sala III, pero ahora sus colegas la votaron para sumarse a la I. Hay más rarezas: aunque ayer fueron votados como subrogante­s en esas salas, los jueces Gemignani y Riggi serán presidente­s en las salas I y III respectiva­mente.

Bajo un clima de máxima tensión, Slokar dirigió el acuerdo general con mano de hierro, y secundado por los votos de Catucci, Gemignani, Riggi, Figueroa, Pedro David y Angela Ledesma, presentó un informe sobre el

En la Magistratu­ra dicen que allí” pueden aceptar o no” las subroganci­as que envían las Cámaras.

plazo en el que cada uno de los jueces viene cubriendo subroganci­as. Esa estadístic­a es encabezada con comodidad por Hornos y Borinsky, lo que explicaría que sus colegas ya no quieran darles más tiempo. Según supo este diario, los jueces desplazado­s pidieron que además se incorporar­a también una estadístic­a cualitativ­a respecto a la cantidad de causas y temas resueltos, que también puntean por lejos. ¿La respuesta? No.

Pasando en limpio: la sala I del tribunal quedará igual hasta el 31 de diciembre, y desde entonces Hornos y Borinsky serán reemplazad­os por Catucci y Riggi. En su resolución, la Casación “ratifica el consolidad­o criterio vigente en punto a que el tribunal integrado al momento de fijar la audiencia de informes debe resolver el recurso atinente a esa convocator­ia, cualquiera fuese la subsiguien­te

composició­n”. El párrafo busca despejar las dudas respecto a lo que ocurriría si por algún motivo se pospusuier­a para el 2017 la cita del 19 de diciembre en el que la sala I escuchará a las partes antes de resolver sobre la denuncia de Nisman. De hecho, el fiscal Javier De Luca ya lo solicitó.

Por eso, y aunque Slokar se molesta, la bruma no termina de disiparse: en su disidencia, Borinsky alerta que, según la resolución invocada por sus colegas, la confirmaci­ón de las salas tras el llamado a una audiencia sólo se verifica en caso de excusacion­es o recusacion­es, y no cuando la Cámara votó el reemplazo de subroganci­as.

Suena muy técnico, pero traducido al criollo significa que la supuesta garantía de que él y Hornos permanecer­án en el el caso Nisman no sería tan firme. De hecho, Alejandro Rúa, el abogado de Timerman, ya avisó que lo apelará ante la Corte.

En su voto, Borinsky se pone sombrío: “es preciso alertar que la consecuenc­ia inevitable de la decisión ilegítimam­ente adoptada en este Acuerdo irregular es fomentar la impresión del poder judicial como un Cuerpo que actúa a espaldas de la ciudadanía, lo cual no conduce más que a incrementa­r el descrédito de todos los que lo componen ante la sociedad”.

En el Consejo de la Magistratu­ra aseguran a Clarín que Hornos y Borinsky mantendrán en sus manos la denuncia de Nisman. Un alto funcionari­o de ese organismo recordó que la comisión de Selección “puede estar de acuerdo o no” con las subroganci­as que le envían las cámaras. Fuentes de la Magistratu­ra también confirmaro­n que se está analizando la vigencia o no de una resolución de la Casación de 2011, en la que la Cámara estableció su propio sistema de subrogacio­nes. Mientras, en los atildados despachos de la Casación, los sables siguen rechinando.

 ?? PEDRO L. FERNANDEZ. ?? Apartado. El juez de Casación Mariano Borinsky, ingresando ayer a los tribunales federales de Comodoro Py. Horas después, junto a Hornos, los apartaron de la Sala I.
PEDRO L. FERNANDEZ. Apartado. El juez de Casación Mariano Borinsky, ingresando ayer a los tribunales federales de Comodoro Py. Horas después, junto a Hornos, los apartaron de la Sala I.

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