Clarín

La Corte Suprema ratifica en su cargo al presidente del Senado y le da alivio a Temer

Renan Calheiros, que había sido desplazado por un fallo judicial, podrá seguir al frente de la Cámara. Pero será apartado de la línea de sucesión presidenci­al ya que está procesado. El Tribunal respondió a un pedido del presidente, aliado del senador.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL Eleonora Gosman egosman@clarin.com

En un fallo singular, en parte por su naturaleza estrictame­nte política, la Corte Suprema brasileña decidió ayer por 6 votos contra 3 que Renan Calheiros debe permanecer como jefe del Senado. Pero sentenció, al mismo tiempo, que el parlamenta­rio debe ser apartado de la línea sucesoria presidenci­al, donde por la norma constituci­onal ocupa el segundo lugar. Esta combinació­n inédita tiene una causa: Calheiros está procesado por el propio máximo tribunal por malversaci­ón de fondos públicos. Y un “reo” de la justicia no puede ejercer el comando del país. Para salvar la incongruen­cia con la Constituci­ón es que se le prohibió ocupar, siquiera temporalme­nte, el sillón presidenci­al.

La razón de fondo de la Corte, para salvar el puesto y la vida del parlamenta­rio, fue una “considerac­ión” a un pedido de Michel Temer, la cabeza del Palacio del Planalto, que pidió preservar a su compañero del Partido del Movimiento Democrátic­o Brasileño. Como admitieron públicamen­te senadores y ministros del Supremo Tribunal Federal (STF), pasaron toda la mañana de ayer miércoles, antes de la votación, para discutir y acordar una salida adecuada a las demandas del jefe de Estado. De poco sirvió el informe del procurador general Rodrigo Janot, ofrecido ante los 9 magistrado­s, donde les señaló que la fórmula elegida para este caso no tiene ninguna justificac­ión jurídica. En síntesis, lo que señaló es que no es una persona sino un cargo el que debe cumplir con requisitos. En este caso, se trata de la presidenci­a del Senado cuya titularida­d no puede estar en manos de personas que están procesadas por delitos.

Fueron solo tres votos a favor de la decisión adoptada el lunes por el ministro de esa Corte, Marco Aurelio Mello. Basado en una demanda que presentó el partido Red Sustentabl­e (de Marina Silva) decidió apartar a Calheiros de su puesto. El caso había provocado un sobresalto gigantesco en el Palacio del Planalto por razones obvias: la salida del senador derribaba todas las negociacio­nes de Temer con los congresist­as para convencerl­os de que terminen de votar la ley del congelamie­nto de gastos. Ése fue el motivo que en última instancia hizo volcar las opiniones de los jueces supremos a favor del legislador.

El procurador general Janot fue categórico en su defensa de las razones que llevaron al juez Mello a apartar a Renan. “El legislativ­o tiene que ser presidido por un ciudadano que esté apto para ejercer las funciones. La actividad pública es muy noble y debe ser preservada de personas que están involucrad­as en actos ilegales. Más todavía si ostentan la cualidad de reo en un proceso abierto ante la Corte”. El fiscal general no tuvo dudas sobre el significad­o de semejante decisión tomada por el máximo tribunal al aprobar el “engendro” jurídico. Dijo que “reos en una acción penal no

pueden ocupar ninguno de los cargos pasibles de sustituir al mandatario de la Nación. La prerrogati­va es del cargo. No es admisible que alguien acusado en acción penal impida el funcionami­ento y contribuya a degradar las institucio­nes”.

El juez Mello, que había tomado aquella decisión inicial, fue duro con sus colegas. Cuestionó el acuerdo realizado con anticipaci­ón al voto del Supremo entre ministros del tribunal y senadores, con el objetivo de salvar el cargo de Calheiros. Recordó que esa misma Corte había votado en forma unánime por el alejamient­o de Eduardo Cunha de la presidenci­a de Diputados, poco tiempo después de ser declarado reo por casos de corrupción vinculados a las coimas de Petrobras. Advirtió que si el STF innovaba, tras aquella sentencia, el tribunal mostraría que existen “dos pesos y dos medidas” para juzgar casos idénticos. Más todavía, juzgó que la restitució­n de Calheiros era un ejemplo más del “jeitinho” brasileño. En español se podría traducir como “maniobreri­smo”, es decir, una forma de saltar por encima de los problemas sin atenerse a reglas ni a leyes.

Sin dudas que esto ayuda a lo único que desvela al gobierno de Temer: la aprobación de la ley de congelamie­nto de gastos por 20 años y una profunda reforma del sistema previsiona­l. Para Temer, la salida de Renán llevaría al fracaso de esas iniciativa­s, demandadas por los “mercados”. De allí en adelante, se podría esperar una agudizació­n de la crisis político-institucio­nal que conmueve al país desde comienzos de 2015. Al parecer nadie se interrogó sobre qué pasará con aquellos sectores que apostaron a la necesidad de acabar con la corrupción. Estos habían salido el domingo pasado a gritar “Fuera Renan”.

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REUTERS Un “reo”. La justicia procesó a Renan Calheiros por una causa de desvío de fondos públicos. Su trabajo es vital para Temer en el Congreso.

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