Inician las consultas en Italia para hallar un sucesor de Matteo Renzi
Es luego de que votaran la ley de Presupuesto. Hoy el presidente recibe a los líderes del Parlamento.
En una jornada muy importante, nerviosa y confusa, el primer ministro Matteo Renzi, de 41 años, formalizó ayer la renuncia que había presentado en realidad el lunes al presidente de la República, Sergio Mattarella, y que había quedado congelada hasta que el Senado aprobara la ley del Presupuesto. Este paso imprescindible se concretó ayer, con dos días de anticipación sobre lo previsto, con un vo- to de 166 a favor, 70 en contra y una abstención.
En los aceitados ritos institucionales italianos, que en 70 años de república han sido probados con 63 cambios de gobierno, se llama al encuentro y la dimisión formalizada anoche “apertura de la crisis”. Un funcionario del Palacio del Quirinal, bello edificio del 1600 que construyeron los papas en una de las colinas de Roma, leyó al término del encuentro entre Mattarella y Renzi (dos ex democristianos), la agenda de consultas. El diálogo se iniciará hoy a las seis de la tarde con los presidentes de ambas cámaras y el único ex jefe del Estado vivo, Giorgio Napolitano, para entrar el viernes y sábado en la sustancia con los partidos y grupos políticos presentes en el Parlamento.
Cuando Renzi “subió” al Quirinal, como se dice de un premier que va a dimitir ante el Presidente de la Repú- blica en su nombre y en el de su gobierno, terminaba de hablar en la primera reunión de la crisis de la dirección de 197 miembros del partido Democrático, que sigue traumatizado por la derrota humillante que sufrió Renzi el domingo. El premier perdió por casi 20 puntos (60% a 40%) el referéndum para reformar la Constitución, que incluía la práctica desaparición del Senado como cámara.
Algunos creían que Renzi pensaba presentar su renuncia también como secretario del partido formado por ex comunistas y ex democristianos. Ni soñando. Renzi se hizo una modesta autocrítica y defendió la obra de su gobierno de 1015 días, el cuarto más largo de la historia republicana, pese a que el joven ex alcalde de Florencia nunca fue elegido diputado o senador, algo inusual en un país con régimen parlamentario.
El primer ministro, que el lunes hi- zo una declaración por TV en la que casi en lágrimas dijo que se iba en forma clara, todos tuvieron la impresión de que esto incluía al partido que lidera y que tiene una casi hegemónica presencia de más de 400 parlamentarios en el Parlamento. No son esas sus intenciones profundas: Matteo quiere volver por la revancha, aunque tenga que dar ahora un paso al costado, si no le queda otro remedio.
Renzi se unió el lunes a quienes apoyaron no reclamar a Mattarella que llamara de inmediato a elecciones generales anticipadas. El mandato del actual Parlamento recién vence en 2018. Pero Mattarella advirtió el martes que era “incomprensible técnicamente” disolver las cámaras e ir a las elecciones anticipadas con un caótico sistema de votación con dos leyes electorales, uno mayoritario para la Cámara de Diputados y otro proporcional en el Senado. El es- pectro de una mayor ingobernabilidad es un riesgo seguro.
El presidente recordó que recién el 24 de enero la Corte Constitucional hará una audiencia sobre el sistema electoral de Diputados, que los altos jueces han bloqueado en varias partes. Por lo tanto, Mattarella considera que no puede disolver antes el Parlamento.
Este enorme intringulis hizo estallar rabiosas polémicas. A la dirección del partido Democrático, Matteo Renzi explicó que el PD aceptaba dar vida a un “gobierno de responsabilidad” pero que los otros partidos debían aceptar colaborar en la tarea de confeccionar una nueva ley electoral e ir cuanto antes a las urnas.
Renzi sostiene que “en las elecciones del domingo logramos 13 millones de votos y este es un patrimonio que no debemos perder”. Cree que es necesario no perder tiempo porque el paso del tiempo puede deteriorar el consenso. A su vez, los líderes del “no” del Movimiento 5 Stelle de Beppe Grillo y de la Liga Norte de Matteo Salvini, tienen aún más prisa, pues el rechazo de las reformas constitucionales reunió 19 millones de votos. Solo el tercer líder, el conservador ex primer ministro Silvio Berlusconi, no tiene apuro: quiere ir a las urnas pero en un plazo más largo.Algunos analistas creen que todo podría terminar con un nuevo encargo a Renzi.