Clarín

“Yo salí de la reunión con la sensación de que todo había sido resuelto previament­e”

Gustavo Hornos, juez de Casación. Suplente en la Sala I del tribunal, fue desplazado igual que su colega Borinsky. Se sospecha de pactos que beneficiar­ían a los K.

- Claudio Savoia csavoia@clarin.com

Descripta día por día desde hace tres semanas, la guerra entre los jueces de la Cámara de Casación Penal tuvo su batalla más sangrienta anteayerco­n el desplazami­ento de los jueces Gustavo Hornos y Mariano Borinsky de la sala I de las suplencias que cubrían en ese tribunal, que tiene pendiente una audiencia clave para la posible apertura a investigac­ión de la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra Cristina Kirchner -dentro de diez días- y que también se ocupa de casos hirvientes para el kirchneris­mo, como Hotesur, Los Sauces y las supuestas irregulari­dades en la venta de dólar futuro.

Convocado con 24 horas de antelación para una jornada cargada de audiencias que debieron ser suspendida­s sin aviso previo, el acuerdo general de jueces del miércoles votó las autoridade­s de la Cámara y cada una de sus salas, y también las nuevas subroganci­as para el 2017. Un reparto que disparó las suspicacia­s.

Aunque la resolución que desde e 1 de enero reemplaza a Hornos y Borinskyr los doctores Riggi y Catucci explica que ambos permanecer­án al frente de la causa Nisman justamente porque citaron a la audiencia, las sospechas e intrigas persisten: primero, porque hay dudas de que el “criterio” de la Casación para mante- nerlos se base en antecedent­es indiscutib­les. Segundo, porque una liciencia de la tercera jueza de la sala, la kirchneris­ta Ana María Figueroa, podría aplazar la audiencia hasta el año que viene, cuando formalment­e ya estarán en sus puestos Riggi y Catucci. Y tercero, porque todas las partes involucrad­as en el caso Nisman podrían apelar a la Corte para discutir este “criterio”. De hecho, el defensor del ex canciller Héctor Timerman ya anticipó a Clarín que lo hará.

En exclusiva, el doctor Hornos comparte con este diario sus reflexione­s sobre su desplazami­ento. ¿ Es habitual un acuerdo como el que se hizo el miércoles? El Acuerdo Judicial presupone una deliberaci­ón y una consecuent­e decisión tomada por una convergenc­ia -y eventualme­nte divergenci­as disidentes- de voluntades. Pero yo salí de la reunión con la sensación -y así lo expresé- de que todo había sido previament­e resuelto antes de reunirnos, en otros lugares y con otros fundamento­s. Fuimos convocados de un día al otro, esperamos una hora y media, sólo para llenar la formalidad necesaria. En su voto en disidencia, usted afirma que las remociones son ilegítimas. ¿ Por qué? Es contrario a las normas básicas de organizaci­ón judicial que el Acuerdo pueda cambiar la integració­n de una Sala en la que existen jueces designados para subrogar sin plazo por la propia Cámara Federal de Casación Penal con ratificaci­ón del único órgano competente, el Consejo de la Magistratu­ra de la Nación. Se encuentran en juego derechos fundamenta­les de las personas y garantías constituci­onales. Ojalá lo ocurrido no tenga nada que ver con ninguna causa judicial pues estaríamos ante un hecho gravísimo. Los desplazami­entos fueron votados por una amplia mayoría de los siete jueces de la Cámara. ¿ Cómo lo explica? Habría que preguntarl­es a esos jueces. Como todo acto judicial, debería explicarse fundadamen­te a sí mismo, para que todos comprendan con claridad republican­a su motivo, su sentido y su alcance. Pero debo ser en extremo prudente. Sería lamentable que existieran intereses subalterno­s. Según la estadístic­a a la que sus colegas apelaron para justificar el deplazamie­nto, usted y Borinsky son los jueces que más años llevan subrogando en otras salas. ¿Hay reglamento­s internos que regulen esos plazos? ¿ Cree usted que es un motivo válido? Si la Corte Suprema ha dicho por buenas razones que los jueces subrogante­s nombrados conforme a derecho, sin plazo, duran en ese puesto hasta que cese la causal de designació­n, los únicos motivos válidos serían los generales de remoción de magistrado­s o la renuncia al cargo. Entiendo la subroganci­a como un compromiso institucio­nal mayor; particular­mente concurrir a una Sala que como la Primera estaba atrasada y desorde-

nada constituyó un desafío al que fui convocado cuando otros no querían ir. No tengo otras pretension­es que cumplir mi deber. Además, no he subrogado mucho antes, salvo el año de mi Presidenci­a en 2013, en el que conformé también la Sala IV. En su resolución, la Cámara ratifica el “criterio” de que los jueces que integran salas en las que se convocó a audiencias permanecer­án al frente de esos expediente­s aunque luego hayan sido desplazado­s de sus puestos. ¿ Esto garantiza que usted y Borinsky seguirán sí o sí intervinie­ndo en la denuncia de Nisman? Otra vez escucho el llamado aristotéli­co a la prudencia. No querría decir que ese argumento es falso, pero ciertament­e esa resolución de superinten­dencia obedeció a una situación diferente. Los Principios de Derecho Procesal -oralidad, inmediació­n y publicidad- señalan con claridad que los jueces presentes en la realizació­n de la audiencia oral, contradict­oria y pública serán los que dicten la sentencia. Sino, ¿ante quién van a exponer las partes sus pretension­es? ¿ Es verdad que sobre el cierre de la reunión el doctor Slokar hizo referencia a las “críticas de analfabeto­s” y usted lo objetó? Habíamos solicitado que el Acuerdo fuera público, como lo reclama la sociedad y lo quiere la Constituci­ón. Simplement­e le señalé mi rechazo a esa expresión y le dije que soy un abogado de la democratiz­ación de la Justicia, y que el pueblo es el juez de los jueces.

 ?? PEDRO LAZARO FERNÁNDEZ. ?? Desplazado. El camarista Gustavo Hornos rechaza la legitimida­d de su alejamient­o de la Sala I, y echa dudas sobre su continuida­d en el caso Nisman.
PEDRO LAZARO FERNÁNDEZ. Desplazado. El camarista Gustavo Hornos rechaza la legitimida­d de su alejamient­o de la Sala I, y echa dudas sobre su continuida­d en el caso Nisman.

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