Clarín

Roces entre el partido de Temer y su principal aliado complican al gobierno de Brasil

El nombramien­to de un ministro generó fuerte resistenci­a en sus propias filas. El jefe de Estado debió retroceder.

- Eleonora Gosman egosman@clarin.com

Después de una semana de grandes convulsion­es políticas, el presidente Michel Temer resolvió abrir su gobierno, en forma amplia e irrestrict­a, a su principal aliado: el Partido Socialdemó­crata de Brasil (PSDB). Dio su primer paso al invitar al diputado “tucano” Antonio Imbassahy, para integrarse en su gabinete como ministro de la Secretaría de Gobierno; un puesto sin duda central por constituir el eje de las negociacio­nes del Ejecutivo con todo el arco político brasileño. Pero la iniciativa, que había llevado una calma aparente al Palacio del Planalto fracasó ayer por la tarde.

Temer tuvo que retroceder en ese nombramien­to por cuenta de la feroz resistenci­a que encontró en las filas de su partido, el Movimiento De- mocrático de Brasil, y de otros aliados que pertenecen al llamado “Centrón” y que manejan una franja de 200 diputados (más de la tercera parte de la Cámara).

A Temer le comunicaro­n que si Imbassahy se convertía en ministro, ellos no aprobarían la reforma previsiona­l que pretende el presidente brasileño. Como para él éste es un tema central, prefirió desistir de convocar a su socio preferido para ese cargo fundamenta­l. En lugar de este legislador se mencionan otros nombres del PSDB, como los senadores Antonio Anastasia y José Aníbal. Pero anoche nada estaba seguro.

La opción por Imbahassy, según informaron fuentes de Brasilia, fue tomada por Temer luego de conversaci­ones con el senador Aécio Neves, titular de la agrupación socialdemó­crata; y con el máximo líder de esa organizaci­ón, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso.

Esa cartera cumpliría un papel no solo en la articulaci­ón política sino, también, en la distribuci­ón de cargos en la Explanada de los Ministerio­s y en la formulació­n de políticas, especialme­nte las que involucran a los estados provincial­es.

El futuro funcionari­o deberá ser otro, cuyo nombre aún no está decidido. Imbahassy había estado con Temer en el Planalto el miércoles último, cuando la Corte Suprema resolvió la crisis institucio­nal con el Congreso al mantener al senador Renan Calheiros -acusado en una causa de corrupción- como titular de la Cámara Alta. Su incorporac­ión debía dar un peso decisivo a los “tucanos” -como llaman a los miembros del PSDBen el gabinete presidenci­al. Esa era, en los hechos, la primera consecuenc­ia del conflicto que protagoniz­aron la Justicia y el Legislativ­o a comienzos de la semana. Un proceso que colocó al propio gobierno de Temer en una situación delicada. Según el columnista del diario Fol

ha de Sao Paulo Fernando Rodrigues, “la operación para salvar al presidente del Senado en realidad fue una demostraci­ón de fuerza del actual presidente de la República”. Para el ana- lista, “la mayoría de la Corte Suprema compró el relato de que la caída de Calheiros produciría un caso legislativ­o. Enseguida vendría el derrumbe de la economía y luego, por fin, una caída de Michel Temer”. A su juicio “la Corte emitió dos señales: que no quiere derribar al actual gobierno y que el camino posible es únicamente con quien hoy comanda el Palacio del Planalto”. Hoy sin embargo el plan parece naufragar.

En los medios políticos locales se habló ayer durante todo el día de cómo intercedie­ron aliados y opositores al gobierno para que la sangre no llegara al río. El vicepresid­ente del Senado, Jorge Viana, ex gobernador de Acre por el Partido de los Trabajador­es, cumplió un papel significat­ivo en las gestiones frente a los ministros del Supremo Tribunal Federal para que estos pudieran “deponer” las armas.

Pero más que él y que la presidenta del máximo tribunal Carmen Lucia –quien también habló con sus colegas-, tuvo una injerencia decisiva en el “feliz” resultado del conflicto el ex presidente Fernando Henrique Cardoso. En una comunicaci­ón telefónica con el sociólogo, Temer se convenció de que debía abrir un gran espacio para su aliado fundamenta­l. Se encontró también el martes, víspera del plenario de la Corte, con la cúpula del PSDB.

Ante las nuevas circunstan­cias, tomaron alas los militantes de un sector socialdemó­crata que no se conforma con seguir al presidente. Son los que ya plantean “desembarca­r de inmediato” del gobierno de Temer. El miedo es que un fracaso del actual gobierno termine por perjudicar la imagen de la agrupación y de un futuro presidenci­able de ese núcleo en las elecciones de 2018.

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AP Dificultad­es. El presidente brasileño Michel Temer, debilitado por las presiones dentro de su partido.

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