Clarín

Ganancias: un gol en contra que el Gobierno buscará revertir

- mbonelli@clarin.com Marcelo Bonelli

El Senado hará leves cambios a la ley del impuesto a las Ganancias y abrirá así una negociació­n con la Casa Rosada. El paso permitiría corregir el grosero error original de los funcionari­os, que derivó en la mayor tensión política desde que asumió Mauricio Macri. Sin medir consecuenc­ias, resolvió “auto-incluir” en sesiones extraordin­arias el tratamient­o de una propuesta, cuando no tenía los votos para aprobar su propio proyecto legislativ­o. La iniciativa no se entiende y se trató de un inexplicab­le daño autoinflin­gido En términos futbolísti­cos: Cambiemos se metió un verdadero gol en contra. La bronca posterior lo llevó a incursiona­r en un terreno imprudente: se apresuró a hablar de veto, lo cual espantaría cualquier negociació­n seria con el Senado. Ayer, Gabriela Michetti debió rectificar­se.

Fue por orden política del propio Presidente y después de que se abriera la puerta de negociació­n con Miguel Pichetto. Clarín confirmó ayer que el Senado quiere in

troducir cambios al proyecto de impuesto a las Ganancias que le llegó de Diputados y va a permitir, así, que se alargue la negociació­n hasta fines de diciembre.

Pero Pichetto trasmitió claramente una cuestión: que tiene un compromiso asumido y está involucrad­o en la sanción –el miércoles próximo– del resto de los artículos que generaron la polémica.

Sergio Massa ya había acordado con Pichetto la ofensiva política por Ganancias. El proyecto original del Frente Renovador lo avaló en una reunión final el propio Pichetto, con Marcos Lavagna y el peronista Diego Bossio. Ayer Pichetto le anticipó la decisión a Rogelio Frigerio –está en China– y precisó que va a introducir solo tres mo-

dificacion­es. Suficiente para darle oxígeno y margen de negociació­n al Gobierno. Se trata de cambios en el capítulo de “recaudació­n de impuestos”, donde la mano de Axel Kicillof generó graves distorsion­es.

Entre otras cosas, el Senado va a corregir el tributo a la “renta ociosa” que generaría un grave trastorno en el mercado inmobiliar­io. También, el capítulo del impuesto al juego y haría un cambio en la progresivi­dad del gravamen.

La presencia del ex ministro fue un regalo del peronismo al Gobierno: en su gestión, Kicillof profundizó el “impuestazo” contra la clase media. El sainete desencajó por primera vez a Mauricio Macri: fue durísimo contra

Massa al que trató de “impostor”. La reacción del Presidente obedece a un asunto de fondo. A la pregunta que se hacen todos: ¿cómo se manejará a partir de ahora la gobernabil­idad y se viabilizar­á la aprobación de leyes? Esta es la cuestión central y un punto clave para las potenciale­s inversione­s futuras.

Entre los empresario­s existe un convencimi­ento claro: la agenda parlamenta­ria será muy complicada a partir de ahora y a Macri le costará aprobar leyes trascenden­tes. Ya las “multis” le pidieron a la Casa Rosada medidas para mejorar la competitiv­idad y ,en este contexto, pueden ser políticame­nte inviables. Una es la reforma laboral, que tiene consenso en la Unión Industrial y en la propia Asociación Empresaria Argentina.

Se trató en el reciente almuerzo que com-

partieron Héctor Méndez, Eduardo Eurnekián, Daniel Funes del Rioja y Miguel Acevedo. Los hombres de negocios coinciden: el problema es la ausencia de un plan global y coherente de crecimient­o. Al Presidente le molestan estas críticas. Por eso decidió ratificar el rumbo en la reunión de Chapad

malal. Las teorías de Jaime Durán Barba y Marcos Peña salieron muy fortalecid­as.

Macri hará el martes un importante anuncio: un ambicioso acuerdo petrolero.

Se trata de un convenio sectorial para que no baje la flaca producción local. No hay incentivos a nuevas inversione­s, pero apunta a mantener el actual, amenazado nivel de actividad. Juan Aranguren anticipó el paquete a todas las compañías. Fue el miércoles, en una reunión donde participar­on 20 jerarcas del petróleo y se conoció un hecho insólito: el consumo de gas bajó tanto por la recesión y las tarifas, que la Argentina logró un inusual y temporario autoabaste­cimiento.

En esencia, los anuncios incluyen una fuerte traba a la importació­n de petróleo: por decreto, no se va a autorizar la compra de hidrocarbu­ros en el exterior mientras haya producción local excedente. Otro, consistirá en comunicar la aceptación por parte del Sindicato Petrolero de una suerte de “flexibiliz­ación” en las condicione­s laborales. Pero el gremio tendrá su contrapart­ida: subsidios para operarios, que hoy se quedaron sin trabajo. Macri estuvo detrás del acuerdo y –por primera vez – se ocupó en forma directa de la errática suerte de YPF. La petrolera esta súper endeudada y decidió frenar inversione­s para recomponer los desaguisad­os de Miguel Galuccio.

Hace una semana, el Presidente, junto a Gustavo Lopetegui, mantuvo una secreta reunión con el titular de YPF Miguel Gutiérrez y el CEO de la firma Ricardo Darre. Se habló de muchos problemas, pero la conducción del YPF se llevó un compromiso fuerte : entre enero y febrero las naftas aumentarán en

promedio otro 10%. La decisión le dará oxígeno a YPF, pero tendrá su costo: alimentará la inflación al comenzar el año electoral.

La pregunta que se hacen todos: ¿cómo se manejará a partir de ahora la gobernabil­idad y se viabilizar­á la aprobación de leyes?

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