Un jugador recibió una bala de goma en la cabeza
A Quiroz, volante de Almagro, le disparó la policía, que intentaba frenar los disturbios. Está fuera de peligro.
El único partido del fútbol argentino que se disputó ayer quedó trunco por un grave hecho de violencia. En José Ingenieros, Almagro (cuarto en el campeonato de la Primera B Nacional, a 6 puntos del líder Brown de Madryn) recibió a Atlético Paraná con la intención de acercarse. Pero tras el gol que los visitantes marcaron sobre la hora, la barra local intentó agredir a la delegación entrerriana y tirar abajo parte de un alambrado. La policía reprimió y el futbolista Franco Quiroz, del Tricolor, terminó con una herida de bala de goma en la cabeza. Ya está fuera de peligro. Hubo apenas tres detenidos.
A los 44 del segundo tiempo, Enzo Noir marcó el 1-0 para el visitante y el clima, que estaba tenso ya que gran parte de la barra no había podido ingresar antes del partido, se terminó de calentar. Los barras locales se fueron acercando al sector donde estaban los dirigentes y familiares de los jugadores entrerrianos. David Cáceres, dirigente de Atlético Paraná, le contó a Clarín: “Cuando la policía ad- virtió lo que estaba pasando los fueron corriendo hacia el sector de la popular donde ocurrieron los incidentes. Enseguida nos llevaron al vestuario para protegernos”.
Los barras se enfrentaron con la policía que reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma. El volante de Almagro, Franco Quiroz, quiso intervenir para calmar a sus hinchas, pero resultó herido en medio de la barbarie. Luego fue derivado al hospital Carrillo con un perdigón en la cabeza. Se lo quitaron y recibió unos puntos de sutura. Está fuera de peligro. “Estuve a diez centímetros de perder mi carrera. Me sacaron el perdigón y por suerte fue todo superficial”, contó Quiroz más tarde en radio Continental.
El presidente de Almagro, Julián Romeo, denunció: “Nosotros pagamos un operativo con 100 efectivos y vinieron 28. Había un grupo de 30 o 40 barras que no tenían entrada. Como estaba la Aprevide, el control fue más riguroso. Está bien, pero también hay que serlo con los controles, cubriendo todos los sectores del estadio”.
En tanto, Clarín se comunicó con Juan Manuel Lugones, titular de la Aprevide, quien apenas se enteró de los incidentes se trasladó al estadio en José Ingenieros: “El problema no es si había o no 28 efectivos. La discusión es que un grupo de barras de Almagro intentó agredir a la delegación visitante. Lo que hizo la Infantería fue proteger a esa gente”.