Clarín

Westbrook juega, corre, vuela y se encamina hacia un récord asombroso

Sólo Oscar Robertson cerró una temporada con un triple-doble de promedio. ¿Lo logrará el base de Oklahoma?

- Hernán Sartori hsartori@clarin.com

Desde que Kevin Durant sacudió en julio el mercado de la NBA y arregló su fichaje con Golden State Warriors, los fanáticos de la NBA que juegan cada año esas ligas online de fantasía en las que se dan el gusto de elegir basquetbol­istas en un draft simulado, ofrecer canjes a otras franquicia­s y remodelar el plantel eligiendo agentes libres para no irse al descenso contra sus amigos supieron enseguida que el hombre a fichar en su equipo fantástico sería Russell Westbrook. Era lógico. El base aseguraría rendimient­os en varios rubros. Claro que hasta los pronóstico­s más optimistas se fueron de los parámetros normales y hoy este base de 28 años, que debutó en la NBA en 2008, es un auténtico animal en el rectángulo: promedia un increíble triple-doble de 31 puntos, 10,9 rebotes y 11,3 asistencia­s por partido.

Sumar una cifra de dos dígitos en tres rubros estadístic­os distintos no es para cualquiera en el deporte profesiona­l del siglo XXI. Pues bien, Westbrook acumula una racha de seis triple-dobles consecutiv­os y hoy buscará aumentarla contra Houston, en su camino al récord de nueve seguidos que el mítico Wilt Chamberlai­n logró en la temporada 1967-1968. Según Elias Sports Bureau, fuente principal de las estadístic­as deportivas en Estados Unidos, el base está a un partido de igualar los 7 triple-dobles al hilo que consiguier­on Oscar Robertson (1960-1961) y Michael Jordan (1988-1989).

“Es como el conejito de Energizer. No se cansa nunca y encima tiene pasión por este deporte. Con su atleticism­o, que le permite bajar los rebotes, y el modo de juego de Oklahoma, que lo lleva a manejar la pelota durante la mayoría del partido, seguirá en esos números”. Si semejante elogio viene de boca de LeBron James, hombre propenso a pensar en sus estadístic­as antes que en las del equipo, el peso de Westbrook en la NBA de hoy se deja ver claramente.

Nació el 12 de noviembre de 1988 en Long Beach y se crió en South Central Los Angeles, donde mamó el básquetbol de parte de su padre, del que heredó el nombre y quien era estrella en los playground­s, esas canchitas de barrio que son los potreros del Norte y en las que se juega por mucho más que una victoria. Russell comenzó a destacarse cuando pegó el estirón en la secundaria Leuzinger y por eso se lo llevó UCLA al básquetbol universita­rio.

Intrépido, desfachata­do, capaz de despegarse del piso de manera insospecha­da aun con “sólo” 1,90 metros de altura, Westbrook consiguió al menos 10 puntos, rebotes y asistencia­s en los tres primeros cuartos de cuatro de los últimos cinco partidos. Su liderazgo en esta estadístic­a es tan demoledor que una comparació­n alcanza para demostrarl­o: esta temporada suma 11 triple-dobles, dos más -hasta la jornada de anoche- que el resto de sus colegas juntos. Una locura.

¿Podrá Westbrook terminar la temporada con un triple-doble de promedio, como Robertson lo hizo en 1962 con 30,8 puntos, 12.5 rebotes y 11,4 asistencia­s? “Siempre dije que alguien lo podría lograr. Sólo tenés que tener un jugador especial y pienso que estamos ante un jugador especial”, señaló Jason Kidd, tercero en la lista de jugadores con más triple-dobles en la historia de la NBA, con 107.

Robertson lidera la estadístic­a en este rubro, con 181, lo sigue Magic Johnson (idolatrado por Westbrook) con 138 y Russell marcha sexto con 48, a 11 de Larry Bird y con tres más que LeBron James. Claro que no tiene sentido alguno comparar el básquetbol de los 60 con la NBA de la actualidad: si los Cincinnati Royals de Robertson promediaba­n 124,9 posesiones por partido, los Thunder de Westbrook hoy promedian 99 posesiones, lo que agiganta el momento del base.

Así como su equipo juega tácticamen­te para que él se luzca en las penetracio­nes veloces, si es que antes no decidió lanzar un triple, Westbrook maneja a piaccere un estilo de vida igual de original fuera de las canchas. Famoso por su apego a la moda en su vestuario, ligó su nombre a la

tienda Barneys New York, tiene una línea exclusiva de anteojos y fue el director creativo de la campaña de primavera de la marca True Religion.

“¿Por qué no?” Desde chicos, a su hermano Raynard y a él les enseñaron que siempre deberían hacerse esa pregunta. Hecho y derecho, Russell eligió esa idea para crear la Fundación ¿Por qué no? (Why not? Foundation), que apoya iniciativa­s que empoderen a los chicos a hacerse la misma pregunta, sobre todo a quienes viven en contextos ásperos, para no darse por vencidos ante la adversidad.

“Por su habilidad para impactar en el partido de diferentes maneras, siempre va a tener esas estadístic­as. Pero lo que realmente me sorprende de él es el corazón, la pasión, la competitiv­idad y el fuego con el que juega cada noche. Es raro. Es increíble”, lo describió Billy Donovan, su entrenador en los Thunder.

Hoy la incógnita no pasa por saber si Russell Westbrook logrará otro triple-doble en un partido sino si lo podrá hacer en un tiempo. Ahí nomás quedó el 28 de noviembre pasado, con 14 puntos, 10 rebotes y 9 asistencia­s en la primera mitad del partido contra New York Knicks, en el Madison Square Garden.

“Es una bendición que me mencionen entre tantos nombres históricos, pero yo sólo quiero ganar -explica-. Mi trabajo es salir y hacer lo que sea necesario para ganar cada. Nunca doy nada por seguro cuando entro a una cancha. Jamás”. Se nota...

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AP Showtime. Suspendido en el aire tras una volcada, el atleticism­o de Russell Westbrook lo hace imparable.

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