“Para mejorar la enseñanza se necesitan maestros con conciencia y pasión”
Harold Göthson trabajó para el gobierno de Suecia en la formación docente y en la primera currícula oficial para la educación pre- escolar de 0 a 6 en los ’80, cuando los jardines tuvieron una rápida expansión en todo el país. Fue uno de los fundadores del Instituto Reggio Emilia (RE) de Estocolmo, que produjo una verdadera transformación en los métodos de enseñanza. Invitado a Buenos Aires a dictar conferencias y charlas, conversó con Clarín.
¿Cuál es el principal problema de la educación hoy?
Lo más importante en educación es reinventar la esperanza en la gente que ha perdido la esperanza, y no solamente hacer una educación para pocos. El problema más grande que tiene el sistema educativo es la forma en la que se está comparando la calidad, que hace que la calidad disminuya. Estos sistemas de medición dan cosas por sentado. Los exámenes miden lengua, matemática y algo de ciencias naturales. Pero qué hay de la literatura, de la poesía; qué hay de la historia. No hay técnicas para aprender a escribir que tengan una relación más rica con la comunidad, con la cultura, con el mundo.
¿Se refiere a los exámenes PISA?
Soy muy crítico de PISA por el método que utiliza. Creo que tiene enormes problemas metodológicos que no han sido discutidos. La idea de PISA no fue hacer una competencia entre países, y lo sé porque conozco a los profesores que la crearon, si no sugerir que cada uno creara un sistema propio de medición que pueda hacerlos reflexionar y cambiar. El premio Nobel de Economía James Heckman fue muy crítico, pues PISA no incluye lo que él llama el conocimiento no cognitivo, como las habilidades sociales y humanistas.
Pero necesitamos una forma de saber si estamos educando bien ¿Con qué lo reemplazamos?
Creo en el intercambio, en tomar puntos de referencia a nivel educativo para generar un encuentro entre países para reflexionar en todos los niveles. Lo anterior tiene que ver con una filosofía de controlar y desarrollar, y su relación. Si controlás de una manera, en una sola dimensión, podés dañar el desarrollo. No podés medir cosas que son imposibles de medir; la calidad es muy difícil de medir. Pero podés buscar, sí, algunas señales, y esto es importante. No estoy diciendo que no hagamos nada. Estoy diciendo que esto no es suficiente. Que tenemos que esforzarnos en estimular la participación de los padres y construir esa confianza entre la sociedad y la escuela.
¿De qué se trata el enfoque Reggio Emilia?
Reggio Emilia (RE) es un enfoque pedagógico innovador que nace en Italia después de la Segunda Guerra Mundial en una pequeña ciudad del norte del país, de la que toma su nombre. Estimula la interacción con el contexto, la participación de toda la comunidad en la escuela y el respeto por la mirada del niño y su individualidad, pues considera que cada niño trae consigo un potencial y una profunda curiosidad innata que conduce su interés para entender su mundo, su lugar en él y es capaz de construir su propio aprendizaje. El pedagogo Loris Malaguzzi fue el impulsor de este enfoque basado en la figura de la pareja pegadógica en el aula, del atelier (un espacio en el que los niños y docentes investigan y construyen conocimiento a través del trabajo), y de la documentación pedagógica como herramienta potente de evaluación del aprendizaje.
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Qué le aportó este enfoque a la educación de 0 a 6 años?
RE está haciendo la contribución más importante de nuestro tiempo en este asunto: desafiarnos a ver las escuelas como herramientas para el desarrollo y la promoción de nuevos ciudadanos transculturales, ecológicos y democráticos. El mundo está cambiando de una forma radical y el desafío es cómo encontrar nuevas maneras de adquisición del conocimiento para las nuevas acciones humanas. Estamos viviendo tiempos de muchísimo nomadismo, en los que las personas se mueven de contexto. Entonces, compartir y escuchar a otro tiene que ver con nuestra supervivencia. Si los chicos no tienen esta capacidad de integración, es peligroso para las escuelas. Porque las escuelas necesitan ser consideradas como laboratorios locales, donde los niños puedan entenderse y encontrarse con nuevas culturas. Esto se centra en un trabajo de grupo, de comunidad, y no sólo de individuos. Trabaja en la forma en la que cada niño negocia con el otro, con su grupo. La experiencia de Montessori pone mucho foco en lo invididual y singular; la Reggiana lo pone en lo colectivo, en lo colaborativo, en la participación y el trabajo de negociación en el grupo, sin perder de vista lo individual.
¿Es aplicable en contextos de pobreza?
En un sentido, hasta es más fácil. Una buena escuela y una buena experiencia educativa se pueden hacer debajo de un árbol. Pero se necesitan maestros con conciencia y pasión. Es importante no pensar en escuelas perfectas, si no que debemos ponerlas en movimiento; eso es la innovación.