“Somos la última barrera de contención al narcotráfico”
Un viaje iniciático que nunca llegó al destino de Aluminé, por un problema con su auto, dejó al dirigente social de la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular) y abogado Juan Grabois (33), a la intemperie en plena Patagonia. Grabois se hizo conocido por su relación el Papa Francisco que lo nombró Consejero Pontificio. El segundo traspié ocurrió cuando el remolque del seguro que lo iba a trasladar hasta la ciudad de San Martín de los Andes lo dejó a unos kilómetros de esa ciudad: cortó por lo sano y se quedó allí para
fundar una escuela de capacitación y formación de dirigentes sociales a la que llamó Escuela Nacional de Organización Comunitaria y Economía Popular. Ya pasaron tres almanaques de esta historia y en todo este tiempo se formaron 3.000 alumnos.
“En este lugar la CTEP armó el barrio intercultural, que es de clase media baja, con calles de tierra y en donde la mitad de los vecinos se calefaccionan a leña. La droga y el alcohol están haciendo estragos. Eso sí, no hay inseguridad, nos cuidamos entre nosotros”, cuenta. - ¿Cómo era su vida antes de llegar acá? - Vivía en Saavedra y era docente en la UBA. Ahora trabajo de web máster del portal académico de la cátedra de Teoría del Estado. Sin embargo, este año voy a volver a Buenos Aires porque hay un temor que no se cumpla la ley de Emergencia Social, el Gobierno aún no la reglamentó. - ¿Por dónde pasa el temor? - Ese clima de diciembre de diálogo cambió: por la represión a los mapuches y a los manteros. Todo esto sumado a la denuncia contra Emilio Pérsico (por no presentar declaraciones juradas), que fue una movida política para debilitarlo a él y a las organizaciones. - ¿Qué lo movió a militar en las organizaciones populares? - No pude ser indiferente a 2001: la gente comía el descarte de los que podíamos comer, en definitiva lo que denuncia Francisco.
Por cierto la política la lleva en su ADN: es hijo del dirigente montonero Roberto “Pajarito” Grabois, fundador del Movimiento de Trabajadores Excluidos. Pero, según diferencia el joven, “en estos tiempos somos la última barrera de contención contra el narcotráfico: la Policía es la pata del Estado que llega a los barrios pero el tema es que la Policía es parte del narcotráfico. -¿Hablando de Francisco cómo es su historia con el Papa? - En 2005 nosotros habíamos presen- tando un recurso de amparo para que se armen guarderías para los hijos de los cartoneros y se armó revuelo. Fue ahí que Bergoglio hace una misa que coincidió con una movilización nuestra: habló de que ‘está prohibida la tracción a sangre pero no la sangre de estos pibes’. Era la primera vez que lo escuchaba y al año siguiente le mandamos una carta para invitarlo a una actividad y me llamó para conversar. Pero quiero de desmitificar mi rol: el Papa no me ha apoyado a mí ni a ningún dirigente, su apoyo es a los movimientos populares, y a todos los que se organizan por Tierra, Techo y Trabajo.
Grabois descree de que vayan a venir inversiones y aporta su análisis a la situación del trabajo: “El mercado laboral descarta mucho pero integra poco por la tecnologización. Estos son modelos que requieren cada vez menos mano de obra”. -¿Qué proponen ustedes? -Integración a las ciudades de las 5.000 villas que hay en todo el país, reforma agraria para que las comunidades tengan la tenencia de tierras y puedan producir. Tenemos que lograr que la gente vuelva a vivir en el campo. Y el tercer punto es la dignificación de los trabajadores sin patrón; los subsidios son soluciones temporales.
“El Papa apoya a los movimientos populares y a los que se organizan. No me apoya a mí”