ANTECEDENTES

El 24 de agosto pasado, un terremoto de 6 grados (en la escala de 10 de Richter) sacudió el centro de Italia, con epicentro en la ciudad de Amatrice, Accumuli y otros pueblos y aldeas de las regiones del Lacio, Abruzzo y Las Marcas. Hubo 299 muertos y muchísimos destrozos materiales, en especial, el derrumbe de antíquisimas reliquias y joyas arquitectónicas de la Edad Media .

Pobladas en su mayoría por ancianos, las cuatro localidades que más lo sufrieron habían triplicado su población cuando ocurrió el terremoto: era verano y sus hijos y nietos aprovechaban las vacaciones para visitarlos.

Semanas más tarde, entre el 26 y el 30 de octubre, nuevos sismos afectaron la misma zona, en el macizo central de los Apeninos, un área peligrosamente sísmica del país. El más fuerte registró 6,6 grados.

Su epicentro se situó a 6 kilómetros al norte de Norcia, entre Las Marcas y Umbría. No hubo muertos, aunque se multiplicaron las operaciones de rescate bajo los escombros.