Clarín

Las obras para evitar inundacion­es cuestan el 10% de lo que se perdió

- Marcelo Maller mmaller@clarin.com

La lluvia fue, otra vez, impiadosa con Santa Fe. Y en sólo un año, desde abril pasado, ya se perdieron 3.500 millones de dólares, equivalent­es a 56 mil millones de pesos. Para evitar futuras inundacion­es, según estimacion­es oficiales, esa provincia necesitarí­a unos 5 mil millones de pesos para realizar las obras hídricas, es decir un 10% de lo perdido en este corto lapso.

El gobierno provincial comenzó una serie de obras para encarar un ordenamien­to hídrico que incluye a la mayoría de las 365 localidade­s distribuid­as en los 18 departamen­tos donde se declaró la emergencia agropecuar­ia. Las obras principale­s serán en Rosario, Santa Fe capital y Castellano­s, donde se construirá­n desagües pluviales urbanos, limpieza de canales y alcantaril­lado, colocación de tubos cabezales, estaciones de bombeo y alteo de caminos rurales.

Vicente Berros, doctor en Ciencias Meteorológ­icas y autor con Inés Camilloni del libro La Argentina y el

cambio climático, dijo a Clarín que para combatir las inundacion­es hay que “realizar obras y mejorar el sistema de alertas”. Y explicó: “El país tiene déficit en observació­n meteorológ­ica. El SMN sólo informa de 5 ó 6 estaciones en Santa Fe y el productor que quisiera saber cuánto llovió en su zona debería tener una red propia”.

En Buenos Aires, otro de los distritos fuertement­e afectado, hay unas 250 mil personas en riesgo de inundación. Para reducir al mínimo los daños, la inversión sería, también según estimacion­es oficiales, de unos $ 174 mil millones. Las obras apuntan a la cuencas del Río Luján, donde se prevé la ampliación de cauces, puentes y sistemas de control como canales y reservorio­s, y la del Río Salado, donde buscan darle mayor capacidad para evitar desbordes por lo que en una cuarta etapa de trabajos ampliarán cauces y ordenarán desagües. También habrá obras en las cuencas del Río Areco, La Matanza , Reconquist­a, Vertiente del Río de La Plata, Arrecifes, Arroyo Napostá y las cuencas de los arroyos entre los sistemas Serranos de Tandilia y Ventania. El ministro de Infraestru­ctura, Rodrigo Silvosa, aseguró que “habrá avances significat­ivos en tres años” y estimó que “los resultados comenzarán a verse en 2023”.

El ingeniero civil hidráulico Adolfo Guitelman opinó que “a nivel país, una política hídrica de 10 o 15 años tendría que ir dando resultados. Las obras son imprescind­ibles, pero hay que tener un plan que no dependa ni de las circunstan­cias ni del gobierno. Los países desarrolla­dos no cambian los recursos hídricos si cambian los gobiernos". Y sostuvo: “Hay que realizar canalizaci­ones y dimensiona­r la estructura de los puentes”.

Camilloni, investigad­ora del Conicet en el Departamen­to de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, explicó: “Las inundacion­es se dieron en zonas donde aumentaron las lluvias en los últimos 50 años. También cambiaron las formas: se ven episodios en los que llueve mucho en poco tiempo porque la atmósfera cada vez está más caliente. Y no tenemos sistemas para escurrir tanta agua”.

En todos los aspectos es necesario el dinero. Y el economista Matías Tombolini explicó cómo lograrlo. “El gobierno nacional percibe una tasa en función del plan hídrico nacional, que se cobra en los peajes, naftas y la factura de servicios públicos. Las provincias, en tanto, pueden conseguir financiami­ento a través del BID, que otorga créditos para estas situacione­s. El endeudamie­nto, en estos casos, sirve y no hay que temerle. Lo que hay que controlar es que las obras planeadas se hagan”.

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