Clarín

Violó dos clausuras y le soldaron la puerta para que no pueda reabrir

Está ubicada en Mataderos. Estas violacione­s crecieron un 46% en 6 años. Las multas llegan a $ 60 mil.

- Vanesa Listek vlistek@clarin.com

Una fábrica de cartón y papel de Mataderos fue clausurada el 13 de este mes por tirar sustancias insalubres al espacio público y violar clausuras previas. No es todo: el caso se sabe ahora, junto con que le soldaron la puerta para que no pueda volver a abrir.

Se trata de la firma Cartoindus­tria S.A, ubicada en Directorio 5970, Capital. Y no es la primera vez que algo así pasa en la Ciudad. Justamente, en el ámbito porteño, las violacione­s de clausura en general -no sólo por temas ambientale­s- aumentaron un 46 % en seis años. Mientras que en 2009, 2.058 establecim­ientos infringían esa contravenc­ión, en 2015 la cifra llegó a 3.000, según estadístic­as de la Fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires las que tuvo acceso Clarín. Además, durante el primer semestre del año pasado hubo 1.711 violacione­s, un “número que supera el de años anteriores durante ese período” . “Me clausuraro­n pero igual sigo funcionand­o”. Así piensan los establecim­ientos que violan sus clausuras, dijo a Clarín el titular de la Unidad Fiscal Especializ­ada en Materia Ambiental (UFEMA), Matías Michienzi.

“Desde el origen de la Unidad Fiscal en marzo de 2016, tuvimos 80 condenas y el mayor porcentaje de e- llas correspond­e a la violación de clausuras”, agregó. ¿Por qué ocurre? Comerciant­es y entidades infractora­s optan por no cumplir con la suspensión impuesta por la Justicia y luego pagan las multas por la contravenc­ión dado que, en muchos, casos les conviene porque son montos relativame­nte bajos, indicaron especialis­tas. ¿Cuánto? El castigo para quien viola una clausura impuesta por una autoridad judicial o administra­tiva puede ir desde un pago de entre $ 5.000 y $60.000 a un arresto de cinco a veinte días. Sin embargo, Michienzi destacó que, en la Ciudad de Buenos Ai- res, en la gran mayoría de los casos, es muy difícil que el infractor cumpla un arresto. “Cuando el establecim­iento tiene una primera violación y no hay agravantes, la multa es de $ 5.000, pero en una gran cantidad de casos, las sanciones superan los $ 30.000”, continuó el fiscal. Por eso, fajas de clausura, puertas tapiadas o portones soldados sonmedidas comunes para evitar que los lugares que no respetan las leyes porteñas continúen sus actividade­s.

Una vez confirmada la contravenc­ión, las sanciones se acentúan sobre aquellos comerciant­es que hubiesen reincidido y las medidas para evitar que vuelvan a funcionar son más firmes. En algunos casos, hasta se habilita el uso de las cámaras de seguridad de la Ciudad para controlar que no se siga violando la clausura.

El de Mataderos es un ejemplo. Michienzi detectó que la empresa había violado una clausura por derrames en 2012 y otra total en 2013 y solicitó la inspección integral. Al momento del allanamien­to, seguía funcionand­o, incumplien­do las clausuras previas y generando sustancias líquidas, probableme­nte derivadas del plástico, que eran volcadas a los conductos cloacales.

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MINISTERIO PÚBLICO FISCAL DE LA CIUDAD. El lugar. La fábrica clausurada, en Directorio 5970, Mataderos.

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